Hace unos días, nos hacíamos eco de los problemas que la bitácora Quintatinta tenía con los abogados del Grupo Z por los derechos de reproducción de las portadas de sus publicaciones y sus comentarios sobre los cambios en el diseño.
Esas dificultades ya se han superado, según cuenta el propio Diego Areso, encargado del blog. La marejada creada en Internet ha contribuido a una rectificación del equipo legal del Grupo Z. Se han dado cuenta que comentar un diseño no representa apropiarse de los contenidos de un trabajo ajeno.
Rectificar es de sabios y creo que es justo dar cuenta de esa corrección.
Con todo, esta polémica nos recuerda los problemas que las empresas de comunicación tienen para gestionar sus contenidos en Internet y las trágicas consecuencias del modelo de negocio en el que se han metido: divulgar gratis, descontada la publicidad, algo que les cuesta un dinero.
A uno le gustaría tener una solución a esos problemas, entre otras cosas porque me permitiría cambiar de trabajo, ganar un pastizal y pasarme el día viajando con Costilla de un lado para otro arreglando dificultades a las empresas de comunicación. Sin embargo, no es el caso. Como modesta aportación, considero que las empresas deberían diferencias entre los sitios que buscan lucrarse y quienes no; también entre quién cita a las fuentes o no. Incluso trazar paralelismos entre las actitudes en los formatos tradicionales y los on-line. Porque si no se denuncia a un periódico, o una radio, o una agencia de noticias, que te fusila una noticia, ¿por qué lo haces con una bitácora?
No hay comentarios:
Publicar un comentario