Algunos amigos que conocieron al Fernando ateo, revolucionario, descreído y nihilista me han preguntado en más de una ocasión sobre cómo recuperé la Fe, por ese itinerario largo y que me ha llevado hasta donde estoy ahora, gracias a Dios.
Es un proceso largo, con sus momentos de angustias y sus alegrías, con sus desiertos y momentos de zozobra. En esa navegación, he tenido la compañía de varias personas, ejemplos que me ayudaron a entender y a entenderme. Uno de ellos es Edith Stein, Santa Edith Stein. Su nombre de carmelita era Benedicta de la Cruz, doctora en la Iglesia y mártir en Auswitch.
Judía de nacimiento y religión, atea, la reflexión intelectual le llevó a descubrir a Dios con tanta pasión que profesó como monja carmelita. Su obra es uno de los referentes intelectuales para la Iglesia, que la reconoce como una de sus doctoras. Murió mártir en Auswitch, asumiendo su sacrificio y consolando a las demás víctimas.
Tal día como hoy, hace 72 años, recibía el velo carmelita. Y, hace 23, Juan Pablo II la beatificaba.
Sirvan estas líneas como recuerdo para esta santa tan querida.
Photo: http://www.vatican.va/news_services/liturgy/saints/img/19981011_teresa_benedetta_della_croce.jpg
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