domingo, 19 de julio de 2009

Doscientos millones

Doscientos millones de euros es el dinero que recibirá Asturias gracias a la nueva financiación autonómica. Una cantidad que ilustra dos realidades que, a veces, no queremos o no sabemos ver.
La primera es el peso de Asturias en el mapa político nacional. Frente a los 3.000 millones, casi cuatro mil, de Cataluña, los 200 millones de Asturias demuestran lo pequeños que somos, lo poco que contamos y que somos una región pobre en un Estado donde las regiones ricas se han cansado y han dicho que la solidaridad bien entendida empieza por uno mismo. Cosas de la vida, un gobierno socialista se carga el principio de igualdad y solidaridad para consagrar una nueva división de clases: la territorial. En esta lluvia de migajas, deberíamos comenzar a preguntarnos si la orientación de nuestros presupuestos es la adecuada, si gastamos de forma correcta y si no tenemos demasiados lujos, no vaya a ser que seamos como ese hidalgo que en el Lazarillo, muerto de hambre, salía a pasear con un palillo en la boca para demostrar que había comido, cuando su dieta era la del ayuno perpetuo.
La segunda realidad es el deterioro del discurso político. No es una novedad, pero este sigue empobreciéndose a marchas agigantadas. Cierto es que estoy medio desconectado del mundo y no he seguido al detalle los discursos de políticos, analistas y tertulianos. Pero, al menos en las primeras hora, no escuché explicación alguna de las cuestiones claves: qué criterio se utilizó para el reparto, por qué una negociación bilateral entre componentes del Estado evolucionando nuestra concepción de España hacia una monarquía federal que no recoge la Constitución, cómo se garantizará la igualdad entre los territorios para que los ciudadanos reciban iguales servicios básicos en este país que se llama España o si seguirán las desigualdades del pasado.
Lo que que sí escuché fueron las críticas de la oposición en funciones al gobierno de turno, la imagen de subasta y compadreo que aleja a la política del trabajo por el bien común y la reduce a un esfuerzo más o menos complejo para mantener privilegios de casta, leáse el poder.

7 comentarios:

  1. Resumiendo que no te gustan los políticos. ¿Volvemos a Franco?.

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  2. Resumiendo, que no te gustan lo que algunos que se dicen políticos hacen cuando dicen que hacen algo llamado política. Entre la A y la Z hay un buen montón de letras, a ver si encontramos alguna más bonita.

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  3. Anichristán: yo conocí a Franco y conozco los "políticos". ¿Tú conociste otra cosa "más bonita"?

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  4. No, era una cría cuando murió Franco.

    Pero que te tomes un agua que no tenga buen sabor no significa que la única opción posible sea tomarse un tequila, también puedes pedir que te pongan una botella de agua en buen estado.

    Como apliquemos esa ley del péndulo a todas las cosas lo vamos a tener complicado.

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  5. Trinity: bienvenido, o bienvenida. Discrepo de tí y me parece más acertado lo que escribe Annie. Me gusta la política, me encanta la democracia y no me apetece en absoluto vivir una dictadura que, gracias a Dios, no conocí, aunque no tiene ningún mérito por mi parte. Defiendo políticos honestos y comprometidos con el bien común. Seguramente sea un idealista, pero vale la pena intentarlo.

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  6. ¿Quién ha dicho que, en las dictaduras no hay políticos?

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  7. La idea de partida de esta entrada no es digna de una persona que crea en el bien común y la solidaridad. Creo más bien que es síntoma de ofuscación contra el que está en el poder. El ejercicio de análisis político en cuanto a la dotación presupuestaria es siempre un tema muy controvertido, en el que intereses varios se ponen en juego y en donde además cada uno tira por lo suyo. Y ahí comienzan los problemas: conjuntar un presupuesto en el cual 17 Comunidades Autónomas queden satisfechas. Lo curioso es que en la época del gobierno de derechas, en Galicia (caso muy significativo por coincidencia de color político), hubo un recorte presupuestario digamos considerable, antes de llegar al Prestige, que por entonces no se discutió en esta Comunidad Autónoma; más bien se entendió desde los medios de comunicación como un reto para la economía de estas tierras que conozco de cerca. Un reto que supone generar mayores recursos propios en términos generales, para de este modo disponer de mayor fuerza de cara a futuras negociaciones... O sea, que estamos ante un comentario de la oposición, de la derecha profunda que cuando más difícil están las cosas, más se empeñan en oscurecer el horizonte a base de zarandeos varios... Siento discrepar profundamente en cuanto a la opinión sobre los que ahora se encuentran en el poder. No creo que, precisamente de falta de honestidad pequen los gobernantes actuales; otra cosa es que gusten más o menos sus decisiones. Pero parto de la base de que este comentario es una flecha envenenada a Tini, que por lo que veo no es plato de gusto de este bloggero. ¿Me equivoco?

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