Las víctimas de la crisis

A la hora de hacer el recuento de las víctimas de la crisis económica, Mariano Rajoy aparecerá en los primeros puestos de la lista. En esta semana, se ha demostrado, una vez más, su incapacidad para la iniciativa política, la ausencia de visión estratégica y el recurso pertinaz a los ingredientes más sencillos del discurso político aunque se vuelvan en su contra. Además de dos derrotas electorales, es suficiente para cambiar la cabeza del cartel, a no ser que el Partido Popular se encuentre cómodo en la derrota.
La falta de iniciativa y de visión estratégica quedó demostrada con la entrevista del lunes con José Luis Rodríguez Zapatero. Rajoy carecía de escaso margen de maniobra. No cabía el rechazo a un acuerdo pactado por toda la Unión Europea, entre ellos gobernantes de su línea ideológica. El apoyo al gobierno se daba por supuesto. Con cierta visión estratégica, podría haberlo anunciado el viernes. Rajoy acudió a La Moncloa poco más que a hacerse la foto cuando, con altura de miras, tenía la opción de anunciar, después de hablar con el presidente, su voluntad de apoyar a los presupuestos generales del Estado si el gobierno introducía los cambios que lo sucedido desde su elaboración (bajón en la actividad, nuevas ayudas) aconsejaba. Suficiente para ofrecer una imagen de iniciativa, desbordar al gobierno con propuestas y comenzar a lavar esa imagen de vecino amargado, de Mister No.
Pero no, se dejó llevar por la agenda del gobierno en vez de tratar de imponer la suya. Y luego recurre a lo fácil, a lamentar la ausencia de España en el G-20 y arremetiendo contra el gobierno por ello. No asume, como recuerda, entre otros el Gurus Blog, que nuestro país no va porque no pintamos nada, o muy poco, en la economía mundial. Y nuestra paleta será la misma con él en la presidencia o con el de ahora. El propio José María Aznar intentó entrar en el G-8 sin lograrlo. Pero, claro, es más fácil hacer la crítica fácil y ganarse el aplauso de los de siempre que esforzarse en la altura de miras.