martes, 23 de enero de 2007

Política basura

Aunque todos tenemos claro de que hablamos cuando hablamos de basura, el concepto televisión basura o comida basura se han instalado en nuestro imaginario para indicar aquellos productos de mala calidad y cuyo abuso es negativo para la salud física o mental. A partir de esa formulación lingüística se pueden formar diferentes conceptos: hoteles basura, coches basura, periodismo basura o política basura.
De estos dos últimos voy a escribir hoy. De la política basura que viene ejerciendo Carmen Maniega desde hace una temporada y que, el pasado sábado inició su cumbre con las acusaciones sobre las prácticas de nepotismo de la candidata socialista a la alcaldía, Pilar Varela, hacia una empresa donde, según Maniega, trabaja la novia de la candidata.
La política es algo tan noble como la gestión de lo público por los propios ciudadanos. Y, en democracia, la gestión se debe realizar conforme a unas leyes y usos. Sin leyes no hay democracia. Todos recordamos a los clásicos que hablan de la democracia como el imperio de las leyes. Y los usos vienen a ser esas normas de comportamiento que hacen más fácil la convivencia y no hace falta registrar. Por ejemplo: permanecer en silencio cuando otra persona habla y luego intervenir.
Claro está que esos usos no son iguales en una comida familiar, que en un partido de fútbol o en un Pleno municipal. De ahí la necesidad de una aprendizaje para saber discernir donde se encuentra cada uno. Por ese motivo, no es adecuado pasar de dependiente de una tienda a concejala sin ninguna formación política mínima, como es el caso de Carmen Maniega. Hay que aprender y saber que los comentarios que uno puede hacer en la tienda, en el bar o con la familia no se pueden pronunciar en público porque es necesario un mínimo de rigor.
Un rigor del que carece cuando critica a la administración socialista y se monta una teoría para justificar una red de apoyo a empresas de amigos y familiares socialistas, como dice ella. Eso vendrá muy bien para los mitos de parte de los simpatizantes y militantes del PP, pero no tiene nada que ver con realidad. Hoy por por hoy, en Asturias el mayor contratante de empresas de gestión cultural es la administración pública. La actividad del sector privado es mínima, aunque, en el caso de Faro, intentan generar un mercado con actividades como campamentos urbanos.
Recuerdo que cuando la entonces oposición socialista denunció que el primer teniente de alcalde Joaquín Aréstegui contrataba con la correduría de seguros donde trabajaba su mujer, el PP defendía la legalidad del contrato apelando a la profesionalidad de la empresa y que el Ayuntamiento no gastaba un dinero en ese servicio. De acuerdo, aquí se gasta, pero ¿por qué no hay una reflexión sobre la profesionalidad de Faro? ¿Qué han hecho? ¿Estaban capacitadas? ¿Había otras empresas en la ciudad que competían en calidad y precio?
Son preguntas que Carmen Maniega evita hacerse. La presunción de inocencia debe ser un concepto demasiado elevado para su mente. Así que las lanza para que el inocente demuestre que lo es. Pero es que a la concejala no le importa tanto la inocencia o no de la gestión, lo que le preocupa es que los periódicos recojan en titulares la tendencia sexual de Pilar Varela.
Debo corregir, la supuesta tendencia sexual. En ocho años que la conozco,Varela no me ha comentado nada de sus gustos sexuales. Ni yo a ella. Tampoco la he visto comportarse con una mujer como si fuese una pareja ni sé de ninguna chica a la que se le ella insinuado. No sé si Maniega sabe más que yo o no.
Tomando una frase de Pepe Valdés en el último Pleno municipal (del que aún recuperaremos una perla) podemos afirmar que la cuestión sexual no es una cuestión pacífica. Especialmente la homosexualidad. Los avances de nuestra sociedad, que siempre ha rechazado el Partido Popular, no impiden que muchos homosexuales quieran vivir su condición con discreción. Todos sabemos que hay familias donde la homosexualidad de algunos de sus miembros se tolera, pero no se comenta en público. Se mira hacia otro lado. Más allá de ideas morales, la sexualidad es algo íntimo y que no debe afectar a la gestión de lo público. Era más preocupante el estado en el que Joaquín Aréstegui llegaba a algunos plenos municipales cuando era el todopoderoso primer teniente de alcalde y nadie decía nada. Entre otras cosas porque había un cierto respeto a lo que se consideraba su vida privada.
Desconocemos si esas dos personas que cita Maniega son homosexuales. Pero, en el caso de que lo fueran, hay una barrera que se debe respetar: su familia. No se sabe cómo vive esa condición en su familia y, faltando todos los respetos, se lanza. Porque, además, la sexualidad en su denuncia es un anécdota. La denuncia, que, como ya he escrito no logra probar, es de trato a favor. No tiene porque hablar de la sexualidad.
A no ser,claro está, que Carmen Maniega quiera denunciar la sexualidad de Pilar Varela y no se atreva a decirlo. En ese momento, la política basura contamina al periodismo y éste se convierte en periodismo basura. Todos sabemos que, para cierta parte de la población, la sexualidad es un tema polémico. Otros muchos aceptamos la diversidad sexual como algo normal, con una tolerancia propia de personas democráticas y tolerantes, que no tenemos miedo a la diversidad y sí a la intolerancia y la falta de respeto a las leyes.
Maniega apela a su libertad de expresión. Y, los periódicos, como cacatúas repetimos todas las barbaridades que dice. ¿Es eso periodismo? No. Eso es periodismo basura. Carmen Maniega puede decir lo que quiera, pero no todo lo que diga debe ser reproducido. Los periodistas somos los primeros en levantarnos y exigir que se respeten nuestros derechos sagrados: libertad de expresión, secreto profesional, cláusula de conciencia...
Pero estos derechos tienen unas obligaciones. El secreto profesional no me puede permitir inventar noticias y ocultar la inexistencia de las fuentes, por ejemplo. Todos sabemos de la importancia de los medios de comunicación en las sociedades democráticas y desde ellos debemos contribuir a que el debate público sea lo más responsable posible. No se puede alimentar el odio ni la demagogia. De hecho, la libertad de expresión ya cuenta con límites penales. Por ejemplo: la negativa del Holocausto es punible por la ley. Y nadie lo cuestiona.
Unos medios de comunicación responsables no pueden ser el altavoz del primer enajenado que aparece por escena. Hay aspectos que no se pueden tolerar desde los medios. El respeto a la infancia, a la intimidad de las personas, a la vida...
Quiero pensar que Carmen Maniega alude a la sexualidad de Pilar Varela porque es incapaz de rebatir sus ideas sobre Avilés, su compromiso con la ciudad, su defensa del proyecto del Centro Internacional Óscar Niemeyer. Su incapacidad de entrar en el interior del debate político le lleva a quedarse en las ramas.
Termino. Sé que tanto Pilar Varela, como su familia y todas las personas implicadas, lo deben estar pasando mal, muy mal. No se puede permitir que nadie sea tratado de esa forma tan vejatoria.

6 comentarios:

  1. Puedo prometer y prometo que ni conozco a Maniega ni a la Varela, y desde la distancia del desconocimiento y sin rostros delante que identifiquen esos nombres, tu argumento aunque muy brillante huele a rancio,creo que me entiendes...,ni tanto ni tan calvo.
    Por cierto,política y basura pueden ser complementarias, ejemplos tenemos a patadas,baja de la nube guapo.

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  2. Hoy te has hecho grande. Me siento empequeñecido, más aún de lo habitual y evidente, ante tu verbo.
    PLAS, PLAS, PLAS, PLAS, PLAS (onomatopeya)

    Nota de cultura popular:
    Maniega: cesto vegetal sin asas. Por eso se utiliza "tas como una maniega". No hay asas con las que coger el cesto. En definitiva, no hay por donde cogerla. Si antiguamente se atribuían los apellidos por caracteres, oficios o cualquier otra peculiaridad o hecho que pudiera hacer identificable a una persona, esta concejala mantiene intacta la línea de correspondencia familiar.

    Fernando, eres grande.
    Kirov

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  3. Bien por la defensa de no utilizar la vida privada para la contienda política.

    Menos bien en un par de detalles. No es un cualquiera quien se pone a decir cosas que debe recoger la prensa, sino una portavoz del principal partido de la oposición en el Ayuntamiento. Debe recogerse lo que dice y si lo que dice es una barbaridad, valorarlo como tal en el periódico, que es eso, un periódico, no un tablón de anuncios donde colocar las noticias con una chincheta sin más "intervención".

    Menos bien, también, cuando se contrapone la posibilidad de "amiguismo" a la profesionalidad y buen hacer de los supuestamente favorecidos -escribo en términos generales, no sobre este caso concreto-.

    Si el Ayuntamiento le diera a dedo todos sus contratos de imagen a una empresa, pongamos el Estudio Mariscal -poco dudoso de falta de calidad- porque allí trabajara el cuñado del alcalde, eso seguiría siendo "amiguismo" y mala conducta, a pesar de que los resultados pudiesen ser magníficos. No sé si me explico.

    Además de que todos sabemos que entre que una cosa sea legal -de acuerdo a leyes y normas- y que esas cosas se hagan correctamente y sólo intervengan cuestiones profesionales, media una buena distancia.

    Amanda, sin ánimo de polemizar -o con ánimo, qué importa- es una contradicción que un argumento pueda ser a la vez brillante y rancio. Y el que la realidad nos demuestre día a día que la política y la basura conviven en buena armonía, no significa que, desde el plano teórico y discursivo, deba obviarse esa realidad, cuando justamente lo que se pretende es criticarla para recuperar la esencia de lo que es la política.

    El camino contrario sólo puede defenderse bajo la mirada cínica o derrotada...

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  4. Enhorabuena por este blog, y no le quedan atrás los comentaristas.
    Me ha gustado tanto el escrito sobre el marujeo de la Maniega (sólo sabe hacer política propia del patio de luces, de los de antes) que no podía pasar sin decirlo.
    Noah

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  5. "Lo frío se calienta, lo caliente se enfría, lo húmedo se seca, lo seco se moja" (Heráclito, ...la ley de los contrarios)

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  6. Gracias amanda por intervenir y opinar. Yo sólo te comento que me encanta mi olor. También que en mis islas exista diversidad de olores.

    Annie te corrijo un par de matices. La que habla no es portavoz, puesto que ocupa Manuel Peña, ni portavoz adjunta, Constantino Álvarez, ni presidente de la Junta Local, Joaquín Aréstegui. Es la concejala número seis de la lista. Y, aunque fuese portavoz o portavoz adjunto, yo hubiese escrito lo mismo.
    No me parece mal que se denuncie el amiguismo (aunque en este caso no creo que se haya producido), sino la intromisión en la vida privada y las posibles razones.Por otra parte, los límites legales en las contrataciones ya se señalan en la ley. Me quedo con la doctrina del PP. El contrato con la correduría de seguros donde trabajaba la mujer de Aréstegui, aunque suponía un cambio en la correduría y, además, se iba de una empresa Avilés a otra de Oviedo, es bueno porque es bueno para el Ayuntamiento y, además, legal.

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