Foto de Conner Baker en Unsplash |
Apenas se ven ya los huesos de santo y otras delicias típicas de las fecha. La representación de Don Juan en estas fechas sólo es un recuerdo que, incluso, los cincuentones, ya no tenemos. Es suficiente pasear por cualquier ciudad para contemplar que Jaloguín ya se ha impuesto con su estética de muertos y horror. Los niños, y no tan niños, se han sumado a lo que la traducción ha convertido en una fiesta temática de disfraces.
¿Qué haremos con don Juan, qué será de la repostería otoñal?
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