Me resulta sorprendente el despliegue de altos cargos del Partido Popular por Asturias en las últimas semanas. Más aún cuando Esperanza Aguirre declaró en Protagonistas que no haría campaña por Isabel Pérez-Espinosa ya que su candidato era Francisco Álvarez Cascos.
A mí, todo eso me reafirma en mi teoría de que Asturias es la menor de las piezas que se quiere cobrar Cascos, sino que, en compañía de otros, apunta más alto: hacia la cabeza del Partido Popular.
Rajoy obró bien rechazando las propuestas de un congreso asambleario o primarias. No se recogen en los estatutos de su partido y, de aceptarlas, ¿qué haría si surgiesen voces reclamándolas para elegir el candidato popular en 2012? No sé si recordarán que en el anterior congreso (donde Cascos fue uno de los pocos versos sueltos) desde Madrid hubo voces reclamando primarias...
Ahora llega el segundo envite. Si Cascos triunfa en Asturias, los contrarios a Rajoy dispondrán de un argumento para tratar de descabalgarle y frenar la previsible euforia tras la marea azul de mayo. Así que en este lance unos y otros se juegan mucho más que el nombre del presidente del Principado. De momento, Cascos, por lo que se lee en los medios, dedica más tiempo a hablar de su anterior partido que de su programa electoral. Supongo que será su estrategia para seguir captando afiliados.
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