A un lado tenemos un gobierno desbordado por la crisis, incapaz de decir una verdad y que cambia de opinión con más frecuencia que el viento.
A otro lado, un partido que aspira a gobernar mientras la mancha de la corrupción se extiende por su estructura, tiene mandos que no dicen la verdad ante el juez e incapaz de dar a conocer su alternativa de gobierno.
Como dijo Machado, una de las dos Españas ha de helarte el corazón. O las dos, rematamos.
TRANQUILOS QUE CASCOS ESTA CERCA, POR LO MENOS DE ASTURIAS.
ResponderEliminarCascos es historia.
ResponderEliminarCascos, cascos, cascos de la morería, el día que tu naciste, grandes señales había... Tanto adorar al caballo blanco, cuando el problema es otro: el PP carece de cualquier estructura interna en Asturias, no hay masa crítica, fermento de ideas. Hay votantes, apasionados y la colección de profesionales que se asegura el sustento. Me recuerda lo de Abando en Avilés. Un gran tipo, una persona inteligente, honesta y honrada. Pero en el último congreso en el que se presentó le dieron hasta en el cielo del paladar. Bueno, más bien no le dieron, no le votaron.
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