Parque de Ferrera, Avilés |
Después de ver pasar las nubes, una de las experiencias más creativas es ver los árboles.
Caminamos al lado de ellos y, como mucho, buscamos el cobijo de su sombra o lamentamos su desnudez en invierno.
Sin embargo ahí están, como las nubes, testigos mudos de la vida, dispuestos a contarnos historias. Sólo tenemos que mirarlos, olvidar el mundo, sentir su ritmo, respirar y esperar a lo que nos quieran decir.
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