Uno de los retos de los medios de comunicación consiste en la organización de las nuevas redacciones, que cuentan con unos dispositivos tecnológicos con los que nunca se había pensando. Esta es una cuestión que genera muchas tensiones. La organización de los periódicos se trasvasó casi literalmente a las radios, televisiones y, en menor medida, a los nuevos medios. El problema es que disfrutamos de una herencia que viene de siglos pasados, del XVIII y el XIX, con una circulación del conocimiento piramidal. Y, ahora, con Internet, el pensamiento se mueve de forma diferente. Esa pirámide se resquebraja. El reto es encontrar un nuevo modelo.
Yo creo que en ese nuevo sistema se debería articular la organización como una malla, una red donde existiesen unos determinados puntos para rediccionar la información, para organizar ese caudal que puede llegar a aturdir. Esos centros serían de dos clases diferentes: Hubs/Distribuidores y Nodos. Los primeros serían definidos por la propia organización. Son los directores, redactores jefes, jefes de sección. Son los puntos definidos para clasificar y organizar al resto de sujetos en ese conjunto que forma cualquier medio de comunicación. Las diferentes unidades se moverían con una mayor autonomía y, en el diálogo con el resto de comunidades, adquirirían un mayor o menor prestigio. Son los Nodos, otros centros de interés por el valor que les aporta la red, por el conocimiento generado, no por su poder.
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