Para dialogar hay que saber bajar las defensas,abrir las puertas de casa y ofrecer calidez humana. Son muchas las barreras que en lo cotidiano impiden el diálogo: la desinformación, el chisme, el prejuicio, la difamación, la calumnia. Todos esas realidades conforman un cierto amarillismo cultural que ahoga toda apertura hacia los demás. Y así se traban el diálogo y el encuentro.
Sobre el cielo y la tierra, José Bergoglio y Abraham Skorka
Debate, 2013
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