Con frecuencia en las bitácoras económicas aconsejan negociar con el banco donde se trabaja con el fin de tratar de reducir costes económicos o mejorar los servicios contratados.
Mi opinión es que quien lo logra es un afortunado. Merecería una estatua en el barrio.
Con los bancos tan sólo se puede negociar antes de firmar con ello y, aún así, hay que asumir que, además del necesario margen de beneficio que debes conceder, te van a engañar un poco. Eso sí, tienes suerte.
Una vez firmado, sobre todo si ellos tienen algún producto con el que te tienen bien sujeto (hipoteca, especialmente) se acabó la negociación, salvo para conseguir el calendario del año.
Queda tan sólo aguantarles con paciencia, asumiendo que son necesarios para el sistema.
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