Si de algo se habla en la polémica del Centro Niemeyer es del dinero, de sus cuentas y de la necesidad de una transparencia que no se ve en ninguna otra institución. Ni se reclama.
Se habla del dinero, pero, en ocasiones, da la impresión que es una metáfora para hablar de otra cosa. O del caballo de troya para cargarse el proyecto.
Así, por ejemplo, se habla de la deuda. Bien, la deuda es el resultado de la resta de los ingresos menos los gastos. Todo indica que el ejercicio de 2012 será equilibrado, pero no se puede olvidar que en 2011 se produjo una crisis institucional que quebró el plan de empresa trazado.
Ahora bien, imaginemos que, con independencia de lo que sucedió ese año, se hubiese producido una deuda. ¿Acaso no hablamos de una institución cultural? ¿Son las bibliotecas rentables? No. Pero nadie se plantea cerrarlas, porque su rentabilidad responde a otros criterios sociales y culturales que justifican que el Estado destine un dinero a fondo perdido.
La siguiente pregunta lógica es sobre si se producen esos criterios en el Centro Niemeyer. Y yo creo que sí. Tanto por el acercamiento a la cultura como el elemento de promoción turística, aunque de eso escribiré en otro momento. Aunque, claro, puede suceder que para algunas personas les resulte más cómodo denunciar la deuda que renunciar a esos objetivos de promoción.
Otro gran tema del debate político es la naturaleza del gasto. Ya se sabe: que si muchos gintonics, que si demasiado tabaco... Por lo publicado no parece que haya sido una vida de desenfreno. Y a poco que una persona haya metido algo la cabeza en el mundo de la gestión cultural sabrá que siempre se afrontan ese tipo de gastos. Equilibrarlos y evitar que se disparen es una tarea compleja, pero siempre aparecerán. No me creo que la dirección del Festival de Cine de San Sebastián no pague ninguna copa, no guarde gentilezas. Son facturas que debes abonar y asumir si quieres jugar en determinada liga. Es evidente que si quieres renunciar a esa liga, es lo que deberías decir, que renuncias, no que los gastos son excesivos. Porque igual si comparas con otros equipos compruebas que las cifras son menores.
Ello no impide que se reclame rigor en la gestión, que se eviten zonas oscuras, como los 182.000 sin justificar o los autocontratos... Y es una lástima que existan, igual que es lamentable el material sin aparecer, porque ensucian el nombre de unos gestores que, hasta conocerse esos datos, merecían el aplauso de todos.
Habida cuenta que existen suficientes mecanismos legales para depurar esas responsabilidades, ¿no estarán yendo por otra pieza, por la mera existencia del complejo?
Estoy leyendo tu articulo y me parece de risa, estas dando a entender que es normal que haya deudas... Mientras lo gestionen los politicos y sus amiguetes siempre habra deudas, por otro lado te parece normal una deuda de 2.3 millones de euros y ni siquiera habia una puta barandilla? tuvo que venir Foro a ponerla. Este articulo es pesimo
ResponderEliminarLas interpretaciones son libres... De todos modos, no mezcles conceptos, creo que la famosa, y necesaria, barandilla, es responsabilidad de la Autoridad Portuaria, no del Centro Niemeyer.
EliminarPor otra parte, yo insisto en mis planteamientos. Tanto su carácter cultural como por la imposibilidad de cumplir el plan de actividad/empresa/negocio en 2011 son elementos suficientes para generar la deuda.
Aunque ello no quita, con lo que conocemos, la gestión administrativa no fue la adecuada.
El legado de Niemeyer nos sobrevivirá a todos nosotros, a nuestros hijos, a nuestros nietos y quién sabe a cuantas generaciones más. Fernando tiene razón, no creo que nadie esté en contra de que se depuren responsabilidades por lo que se haya hecho mal y debe ser así, pero ésto se está usando como arma arrojadiza entre partidos, lo que inmediatamente provoca reacciones "fundamentalistas" entre sus votantes. Tal parece que cualquiera que esté a favor del Niemeyer está en contra de Foro y viceversa. Yo conozco a algunos votantes de Foro que apoyan el proyecto Niemeyer pero no se atreven a manifestarlo públicamente y también conozco a gente que apoya el proyecto Niemeyer pero no se atreven a reconocer públicamente que son votantes de Foro. Es una sinrazón. Rectificar siempre es de sabios, aunque suele ser rara avis en política. En política, lo habitual es mantenella y no enmendalla.
ResponderEliminarQuod natura non dat, Niemeyer non præstat
Estoy de acuerdo contigo. Hay que recuperar la racionalidad en este tema, aunque hay días en que lo veo muy difícil.
EliminarHablando de deudas ¿ya le has preguntado a Annie cómo va lo suyo con esos funcionarios que no dan golpe?
ResponderEliminarNuestras conversaciones son privadas.
EliminarSabia decisión la de no compartir con los vagos funcionarios vuestras conversaciones. Pudes decirle que le falta más de lo que va, así que mucho ánimo.
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