No, no sonrías. O no pares de reírte. Mira debajo de la mesa, allá, a lo lejos. Me encanta verte sonreír, me imagino jugando con tus dientes, la figura de los labios. No es sólo por tus besos, pero tus labios son muy sensuales, cuando los mueves para despedirte. O porque sólo me quieres decir adiós...
No, no dejes de sonreír.
No, no dejes de sonreír.
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