Centro Niemeyer desde la calle de Rui Gómez,
Avilés, enero de 2011
Me resulta difícil escoger mi vista preferida del Centro Cultural Óscar Niemeyer. Me parece increíble que, donde aún recuerdo lodos negros, malolientes y los restos de Ensidesa se levante esta arquitectura futurista, irreal, hecha con la misma materia que los sueños.
De todos los rincones que voy viendo, hay uno que me fascina especialmente. Es la escalera de caracol que asciende hasta la torre. Me temo que resulte inaccesible para una persona en silla de ruedas, pero, en la distancia, esa espiral me parece mágica, hermosa como una enredadera trepando por una pared, seductora como el abrazo de una mujer. No me canso de mirarla.
Me encanta el título de tu blog.
ResponderEliminarArchipiélago Avilés....es genial, en serio.
En cuanto al centro del que hablas, tengo previsto visitarlo en Septiembre.
:-)
J.
"hecha con la misma materia que los sueños..."
ResponderEliminarCHÉ...QUÉ LÍRICA... UN POCO MANIDA QUIZÁ.
“se llama Julieta y está hecha de la misma materia que los sueños”.NO SÉ SI PLAGIAS A SHAKESPEARE O A ALFA ROMEO...
Jeanne: me sacas lo colores. Tu bitácora sí que está bien. Espero que disfrutes de tu visita al Niemeyer en septiembre.
ResponderEliminarFederico: lo que no es plagio es tradición...
Nunca me había fijado en la perspectiva desde esa calle. Un saludo :)
ResponderEliminarAlu: bienvenida. La verdad es que las perspectivas del Niemeyer dan para mucho. Enhorabuena por tu bitácora.
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