En la calle de González Abarca, Avilés
Después de todo, no somos más que sombras, ficciones de nuestra propia realidad que vagan por las calles.
Nuestro reflejo no deja de ser un deseo. Nuestro deseo no deja de ser un reflejo de nuestro ser. Nuestro verdadero rostro sólo se muestra cuando la luna se eclipsa.
Probe guaje, va a tener un pá que paez una sombra...
ResponderEliminarFelicidadessssssssssssssssss.
lafoca: ya sabes que lo fundamental es la madre, lo importante los abuelos, lo trascendente, los tíos y el acompañante, el padre, que, sobre todo, disfruta y babea.
ResponderEliminarGracias. Ya nos facilitarás tus consejos.