La corrupción es el mayor mal de las administraciones, un cáncer que con facilidad se metastiza y destroza toda la sociedad. Una administración pública corrupta es el principio del fin del Estado de derecho, de la sociedad democrática que salvaguarda los derechos de los más débiles, que somos la mayoría
Por todo esto, el caso de Ovidio Blanco en el Ayuntamiento de Gijón es singularmente peligroso. La primera reacción del gobierno social-comunista es acertada. Afrontan el problema de cara, no echan balones fuera ni culpan a medios de comunicación o conspiradores. Incluso van más allá y llevan los hechos a la fiscalía para determinar si hay responsabilidades penales. Perfecto.
Pero ahora deben ir más allá y constituir una comisión de investigación para depurar responsabilidades éticas y políticas. La alcaldesa de Gijón asegura que "nunca ha habido ninguna sombra sobre el Urbanismo gijonés". Puede que sea cierto, aunque en la calle se comenta lo contrario. Pero ahora sí las hay y, por eso, a Paz Fernández Felgueroso le corresponde aclarar las derivaciones éticas y políticas de lo sucedido.
¿Se usó información privilegiada? ¿Se podía haber evitado ese uso torticero? ¿Influyeron las operaciones de compra-venta en la planificación para Cabueñes? ¿Cómo puede suceder todo eso sin que el concejal de turno se entere? Son algunas de las preguntas que debe responder con tranquilidad, más allá de las posibles responsabilidades penales.
¿Y la presunción de inocencia en un Estado de Derecho? Me refiero a la penal, pero también a la buena fe política que, no sólo existe, sino que creo que es lo habitual, aunque la prensa tiende a sacar siempre lo negativo, los garbanzos negros.
ResponderEliminarEn Gijón el caso se lleva a la Fiscalía y ahora se pide una comisión de investigación. ¿Y después? Pues que dimita el concejal. ¿Y luego? Que dimita la Alcaldesa. ¿Más? Que la Consejería correspondiente seguro que sabía algo, que se vayan también...
¿Dónde ponemos el final? Un poco de criterio, por favor.
Gracias por dejar tu apunte, Boné. Me gustaría preguntarte: ¿qué pensarías si en el periódico mañana leyeses a cinco columnas: 890 funcionarios del Ayuntamiento han ido a trabajar y lo han hecho bien...
ResponderEliminarY yo creo que mi criterio es claro aunque, por lo leído, no lo he sabido explicar bien. Aclarar todo lo sucedido para que la confianza no se dañe. Porque igual no hay responsabilidades penales, pero ¿éticas, políticas? Y si tiene que dimitir, pues que dimita hasta el tato. Si algo sobra en este país, son aspirantes a la poltrona.
En Gijón hay una dictadura urbanística,ideológica institucional inamovible desde hace años,por desgracia me creo todo de éste equipo de gobierno anquilosado en el tú a callar y yes un facha,seguro que tampoco la oposición ye un modelo,pero no me gobiernan.Levantemos de una vez la manta,Gijón ciudad del hormigón....
ResponderEliminarY si tienes pruebas, Anónimo, deberías ir al Juzgado o a la fiscalía.
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