Desde 2005, uno alimenta un diario aunque, en realidad, es un dietario, porque más que levantar acta de mi vida, aspira a crear literatura con lo que encuentra en su existencia. Este año, Dios mediante, igual doy por terminado (de corregir) lo que sería el primer volumen (2005-06) antes de iniciar la procelosa búsqueda de editor. Lo que va a continuación, son tres fragmentos del volumen de 2008. En entradas anteriores de Archipiélago he publicado fragmentos, pero no recuerdo que los haya citado como tal. Los textos aparecen tal cual sin ningún tipo de corrección.
UNO ignora la hora a la pasará el
autobús. Así que calcula basándose en recuerdos más o menos próximos y se
encamina hacia la parada. No hay nadie, aunque, según las estimaciones propias,
faltan unos pocos minutos para que aparezca el vehículo. Al rato, llega gente,
pero suben a las líneas urbanas. No a la que lleva a mi Avilés querido. Después
de veinte minutos aparece el autobús deseado, pero no es el mío.
Debo llevar más de veinte minutos
esperando y nada. Leo. Caen cuatro gotas y me las arreglo para desplegar el
paraguas y seguir leyendo. Una china aparece en la parada. Apenas habla
español. Tan sólo una palabra: “Avilés, Avilés”. La pronuncia ante cada autobús
y, cuando se encuentra apunto de subir, una señora replica: “No, no, no”. La
samaritana tiene buen corazón y trata de entablar conversación con la china.
“¿Du yu spek inglish?”, le pregunta. La china oscila la cabeza horizontalmente
para decir que no, que ni idea de inglés; ella sólo pronuncia una palabra en
español: “Avilés”. “¿Spek inglish?”, insiste la políglota, extrañada de que
haya gente por el mundo sin saber el idioma de Shakespeare.
Uno observa atento, refugiado detrás del
periódico y esperando a la llegada del autobús que, por fin, aparece después de
tres cuartos de hora. Varios de los que seguíamos la conversación nos
apresuramos a indicar que el autobús conducía a su Avilés amado. (11 de enero)
EXISTEN días como este, que no deberían
desaparecer de la memoria, sino permanecer siempre con nosotros. Y, cuando
estuvieses tristes o dudasemos de la vida, aparecer con fuerza y recordarnos
que, un día como éste, fuimos felices, muy felices con nuestra familia,
celebrando un cumpleaños en Poli, riendo y dando gracias por estar vivos. Sí,
fuimos felices y no nos arrepentimos de ello. Por eso no debemos olvidarlo
nunca.(13 de enero)
CONVOCA
una rueda de prensa con toda urgencia. El asunto es serio, muy serio.
Desde hace años, una compañía de transporte público incumple sus obligaciones
mínimas con los vecinos de diferentes barrios de la ciudad. El gobierno
asturiano aprobó un decreto que regula el sector en la región. Y R convoca a
todos los medios para dar su opinión. Critica con dureza al gobierno asturiano
y, ante la pregunta clave calle. La pregunta clave es la siguiente: ¿ha leído
el decreto, dota la norma al gobierno de los instrumentos necesarios para
terminar con esa situación? Y no, R no leyó el decreto. Exactamente, sólo
conoce el título de la norma legislativa, suficiente para juzgar y condenar al
contenido al gobierno, a todo el mundo si fuese necesario. (17 de enero)
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