Faro de San Juan, Avilés
No me imagino una costa sin faros, ni una isla. ¿Cómo serán los faros del Archipiélago? Renunciar a ellos equivale a suprimir la civilización, el deseo de regresar a casa de todo conquistador, la motivación última de Ulises. El faro es tierra y es mar, tecnología y tradición, belleza y la huella del hormigón en la costa. Los faros nos cautivan, son enigmáticos, atesoran historias, tradiciones, leyendas como las llamas de una chimenea.
Sobre la punta La Forcada, el faro de San Juan es el vigía de la ría de Avilés, una atalaya privilegiada para observar la costa de la comarca, fascinarse con la belleza de Salinas, escuchar la sinfonía de las olas y sentir el viento del Cantábrico. Un paisaje hermoso, íntimo y al que siempre se regresa, como a casa.
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