Interior de la cúpula del Centro Cultural
Internacional Óscar Niemeyer, Avilés. Marzo de 2011
En poco más de una semana, el Centro Cultural Internacional Óscar Niemeyer iniciará su programación. Conocemos ya sus actividades en un programa que, por cierto, resulta muy difícil por no casi decir casi imposible de encontrar en su página web en una muestra, otra más, de la errática y fallida política de comunicación ejecutada.
Durante los próximos meses, el Centro Cultural traerá a Avilés un listado de personalidades que resulta sorprendente desde una perspectiva local. Un desfile similar no se recuerda en la Villa del Adelantado. En una clave regional, los adjetivos se suavizan. Hay actuaciones, por ejemplo, que se comparten sin problemas con otras ciudades asturianas (Grado, Gijón, Oviedo). En clave nacional los nombres son más bien asumibles, un complejo cultural más de los muchos que proliferan en España Y, en el plano mundial, alcanzaremos un par de noticias a raíz del estreno de Ricardo III con Kevin Spacey y dirigido por Sam Mendes. Posiblemente, también con las exposiciones de Jessica Lange y Schnabel.
En Semana Santa, seguramente, la arquitectura despertará el interés de los turistas en Asturias. Después no creo que vengan grandes oleadas, sí más bien un goteo incesante para las exposiciones. Entre otras cosas porque sin anunciar las fechas resulta complicado organizar un viaje.
Ahora bien, con todo lo escrito, ¿qué aporta el Centro Niemeyer a Avilés? Yo creo que su importancia es generar una imagen de marca, crear valor para la identidad Avilés, aportar elementos de prestigio al territorio. De esta manera, sus ciudadanos y empresas se sentirán más orgullosos de él y será un elemento de atracción para nuevas inversiones. Es una comunicación del territorio en una estrategia que el Ayuntamiento de Avilés debería haber liderado desde hace años pero que nunca ha hecho y, visto lo visto, no lo hará.
El único riesgo es que, como sucedió en el pasado con Ensidesa, el Centro Niemeyer termine por ocultando la ciudad.
veo que ya entiendes lo de que APCA le diera el premio a Natalio, verdad? no es a él como persona, sino como representante de la institución y por la ausencia de una comunicación como es debida.
ResponderEliminarDry, ya lo ví en el mismo día, como se lee en el Archipiélago.
ResponderEliminarLa primera crítica a esa política de comunicación la leí en éste blog. La verdad es que voy dándome cuenta de lo cierto de esa queja.
ResponderEliminarA mi, sinceramente, no deja de sorprenderme para bien. Aunque aún sea un elemento extraño. Y es que aún es pronto para saber qué va a suponer en la vida de nuestra ciudad, el impacto en Asturias, o la importancia en el resto de la oferta cultural en España.
Sigo pensando que eres demasiado, demasiado, demasiado pesimista.
Ensidesa es un buen ejemplo de que todas las cosas tienen su lado positivo y su lado negativo.
Aunque nosotros podemos potenciar ambos.
Por lo demás, estoy contento, pues un par de las cosas que se ofrecen en el programa me interesan bastante.
Braña.
Braña, un matiz. NO soy pesimista sobre el Niemeyer. Sí me revienta el hígado el fanatismo que se ve en ciertos sectores y que me parece muy paleto.
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