Febrero nos ha dejado un episodio sorprendente con esto de las nuevas tecnologías, el que podemos llamar caso Vigalondo. En su twitter, el humorista escribió dos frases que alcanzaron una gran difusión: "El holocausto no existió" y "la bala mágica que mató a Kennedy aún no ha caído al suelo". Si buscan por Internet, seguro que las encuentran con más precisión. A partir de ellas, sobre todo la primera, se montó un gran debate, incluyendo la supresión de la campaña de publicidad que Vigalondo protagonizaba para El País.
Me gusta describir esta situación como caso Vigalondo por algunas de las conclusiones que se pueden extraer de él. La primera es la dificultad inherente a estos nuevos medios de comunicación, sobre todo Twitter. Porque los códigos de lectura de una bitácora, incluso de facebook, son similares a los que ya conocemos. Sin embargo, Twitter es algo totalmente nuevo: mensajes de 140 carácteres y descontextualizados. Material inflamable, que se podría decir. Porque Vigalondo podría escribir la primera de las frases en una bitácora y, por ejemplo, marcar una etiqueta: "humor" o "tonterías que dicen los fascistas". De esa manera, su mensaje se hubiese entendido mucho mejor. Pero, las normas de Twitter son totalmente diferentes. Las vamos conociendo sobre la marcha, a medida que "hablamos" en ese canal... Y, hasta que se asuman todos esos códigos por la comunidad que participa en ese canal pasará un tiempo y habrá deslices.
La segunda reflexión que me vino fue el miedo que existe a la libertad, un miedo cada vez mayor en la sociedad actual. A raíz de la polémica surgieron las voces críticas y los defensores de Vigalondo. Estos, comenzando por el propio autor de las frases, apelaban a la libertad y bramaban contra la censura que veían tras las críticas.
Uno, sin embargo no piensa que haya censura tras esos comentarios adversos. La censura implica la difusión del mensaje y, si algo hubo, fue difusión. Ahora bien, el ejercicio de la libertad implica una responsabilidad a lo que decimos. Si vamos a ser tan listos de escribir lo que nos apetezca, lo mínimo es tener las espaldas anchas para aguantar los palos que nos caerán. Lo escribo yo, que ya tengo unas cuantas heridas cerradas. No hay que tener miedo a expresarse con libertad y asumir esas consecuencias.
Otra cosa es lamentarse de que muchas personas confundan la libertad de expresión con la libertad de elogio, un mal de nuestro tiempo.
"El Holocausto fue un montaje" fue lo que escribió Vigalondo. Si, como dices, le añade la etiqueta "humor" la frase hubiese sido incluso más perversa. ¿O es que alguien de por aquí ve humorístico un ¡Viva Eta y el montaje de las familias de los asesinados! por ejemplo? Y Eta es una gotita en el mar del Holocausto. Una pena que en su momento el Tribunal Constitucional modificara el artículo del Código Penal que consideraba delito la negación del Holocausto.
ResponderEliminarHombre Frenando, tampoco lo contextualizas tú.
ResponderEliminarLo 1º que decía en su twitter es que se cababa de beber 3 ó 4 vinos.
Vigalondo me interesa menos que cero.
Es un señor que se echa flores constantemente, que va por ahí diciendo que una idea suya fue tomada para un capítulo de Lost y que cuando salió el iPad decía que le faltaba algo para colgarlo de la pared y ahora sale con él en una campaña de El País como si fuese una maravilla.
Sus críticas de cine en OndaCero son penosas, hasta dijo una vez que a Rourke le habían dado el Oscar por su interpretación en El Luchador (la peli de hace unos años, no la de ahora).
Ningún interés lo que diga , sea con 14o caracterees o en una libro.
Yo sí creo que es censura, pero aún más perversa, no en cuanto a los comentarios de otros twiteros, sino en lo que produce, pues implica fomentar una situación en la cual es el propio autor quien cultiva la censura.
ResponderEliminarAlgo así como si en la redacción del periódico el director te dice: "tu escribe lo que quieras, pero luego atente a las consecuencias".
Ahora imaginemos algún otro bloguero de la nómina de El País con un noticia calentita sobre, digamos, El Corte Inglés, ¿se atreverá el bloguero a escribirla a riesgo de quedarse sin curro en El País?
Por cierto, ¿alguien sabe si en El Corte Inglés han despedido alguna vez a alguien? ¿Os habéis dado cuenta lo complicado que es leer en algún medio alguna noticia mínimamente negativa sobre El Corte Inglés? Pues eso.
Hay un libraco que cuenta los trapos sucios de El Corte Ingles. Leí que lo intentaron retirar del mercado.
ResponderEliminarYo lo ojee en la Fnac.
En ECI no lo venden.
Biografía de El Corte Inglés, por Javier Cuartas.
ResponderEliminarUhmmm.
ResponderEliminarNacho V. ha intentado llamar la atención, al estilo de ciertos artistas que se consideran transgresores, o bohemios y polémicos a la vez. Como Cela cuando dijo lo de la Santina, o como Dragó cuando escribió sobre relaciones sexuales con menores de edad.
No le daría ninguna importancia.
A mi, sinceramente, me hizo gracia lo de lo judíos. Ese pueblo que vive, explota hasta el aburrimiento, una de sus mayores desgracias. Detesto el victimismo judío que puebla el cine, la literatura y la historia.
Parece que no se puede ni hacer un chiste.
Algo pasa en este país que no me gusta cuando se puede parodiar, ridiculizar a la iglesia católica y se monta el Cristo con el pareado el N.V.
Braña.
En fin...
ResponderEliminar"A mi, sinceramente, me hizo gracia lo de lo judíos."
ResponderEliminar¿Fernando?
En primer lugar, os pido disculpas a todos por mis retrasos a la hora de responder. Aunque espero, y deseo, que mi opinió, no os quite el sueño, el hecho cierto es que ya no dispongo de mi tiempo como antes y, de ahí, los retrasos.
ResponderEliminarLa foca: no entro en el tema del presunto chiste, donde, por otra parte, me parece de muy mal gusto y deleznable por todo lo que supuso el Holocausto. El tema central de mi apunte es cómo ese nuevo canal implica un nuevo lenguaje, donde tenemos que aprender los códigos. Igual la etiqueta tampoco sirve en ese momento.
Ch: la falta de contextualización va en línea directa con lo escrito anteriormente. De hecho, es una de las dificultades que encontré en el fracasado intento de tuitear una novela.
Annie: discrepo totalmente de tu opinión. No existe censura, puesto que el mensaje se lanzó. Otra ocas es que luego se pidan responsabilidades. Y, en el caso del periódico, existe una responsabilidad de la empresa periodística. No existe eso de escribe lo que quieras y atente a las consecuencias... Y lo que cuentas de El Corte Inglés es una leyenda urbana. Sus trapos sucios salen en la misma medida que otras empresas. Hace poco seguimos el culebrón de las acciones. En ocasiones, el mundo es más sencillo de lo que nos parece.
Braña, tu opinión me parece deleznable. Entre otras cosas, porque lo que se hizo a los judíos no tiene ninguna gracia, de igual manera que no la tiene las matanzas en la antigua Yugoslavia, ni en Centro África ni el Gulag comunista ni el jemer rojo en Camboya. El pueblo judío ha sufrido históricas persecuciones y, en el caso de la Alemania Nazi, un programa sistemático de aniquiliación. Es un pueblo que se merece toda mi admiración y respeto, creo que deberías reflexionar sobre esas palabras.
Gracias, Fernando.
ResponderEliminarMe parece muy bien que te parezca mal mi sentido del humor. Espero que te parezca igual de mal lo poco que han aprendido los judíos sobre la igualdad entre los hombres. Espero que te parezca igual de mal que el país con mayor poder mundial y que mayores injusticias provoca, en gran parte gracias a la comunidad judía, no haya aprendido nada con el holocausto.
ResponderEliminarLos Nazis hicieron un favor al pueblo judío. Ya nadie se atreve a criticar su insolidaridad, ni su xenofobia y crueldad.
Braña.
Me refiero a los judíos vivos. Que hasta han pedido la amortización a la BMW y la
ResponderEliminarMercedes por los trabajos forzados de sus antepasados.
Un día tienes que escribir sobre los españoles que murieron en los campos de concentración. No hacemos peliculas sobre ellos, ni pedimos ningún duro.
Braña.
Pues nada, hasta siempre chicos. Al final descubres que cuando solo te quedan ganas de insultar o de darle tres ostias a alguien este no es tu sitio.
ResponderEliminarLafoca: me jodería mucho que no volvieses por aquí. Siempre tendrás las puertas abierta.
ResponderEliminarBraña: se mi cortas un dedo no sangro. ¿Entrenas para escribir tantas tonterías? Supongo que tus comentarios se refieren a la actitud de Israel hacia los territorios ocupados. Algunas acciones ciertamente son críticables y alguna vez he escrito a su embajada en España cuestionando sus argumentos. En el propio Israel es un tema de debate, pero no debe ser sencillo cuando la persona que tiene enfrente sólo piensa en tu destrucción y si no te hace más daño es porque no puedes.
En Auswichtz, o como se escriba, murieron entre 1,5 y 2 millones de personas... Y muchas empresas ganaron miles de millones gracias a esa explotación... Como para no indemnizar a las víctimas. Eso pasa en todas las guerras. ¿Acaso te crees que Gibraltar es inglés porque una graciosa concesión?
Lo que no entiendo es por qué lafoca insinúa que no volverá por aquí, cuando mis palabras no son las tuyas ni las del blog.
ResponderEliminarFernando, no disfruto del sufrimiento ajeno, y no me gustan las personas que disfrutan con él. No justifico nada de la Segunda Guerra mundial, ni propongo nada contra los judíos.
Las razas no existen. O eso es lo que creo mientras nadie me demuestre lo contrario. Por lo que no creo que sea racista.
Lo que trato de decir es que lo de Vigalondo no me parece para tanto, y que ésta actitud de saltar en defensa del pueblo judío y su "amortización" del holocausto me cansa un poco. se le puede acusar de tener un pésimo sentido del humor, pero nunca de antisemita, o de cometer crímenes contra la humanidad, como se ha propuesto...
Lo Nazis no son los malos por intentar exterminar a los judíos. Lo son por torturar, explotar y matar a personas inocentes.
Braña.
PD: Gracias a una ley de la dictadura de Primo de Rivera, ya derogada en la II República, cientos de judíos sefarditas fueron salvados por embajadores españoles con el consentimiento de Franco, que miraba hacia otro lado (como muchos otros países miraron hacia otro lado mientras sus intereses no corrían peligro).
El tema de Israel sí es delicado, pero hay que abordarlo. Aunque claro, si a unos son el pueblo elegido (porque se lo ha dicho Diós) no hay mucho que hacer.
Un saludote.
Braña.
Braña: te agradezco los matices que introduces. Yo sí creo que existen las razas, igual que existen hombres y mujeres, calvos y melenudos, gordos y flacos. Es una expresión biológica de la diversidad de nuestra especie, pero todos somos humanos y, por lo tanto, no cabe la desigualdad.
ResponderEliminarInsisto en mi planteamiento inicial: a) no veo en el actual estado de Israel un lloro y alusión constante a la Shoah aunque, por su magnitud, es un episodio que no se olvida; b) de la misma manera que no recuerdo que en la Edad Media se hiciesen burlas sobre la peste negra, no creo que en la actualidad haya determinados episodios de la humanidad sobre los que podamos hacer chistes. Y, si una persona los quiere hacer, que asuma que habrá muchos que no los entenderán.
Me hace gracia esa expresión que dices de que los nazis no son los malos... ¿Acaso esos judíos no figuran entre esos inocentes?
Claro que figuran. No seas malo.
ResponderEliminarLo excluyente es hablar solamente de judíos cuando hablamos den Nazismo. Yo hablo de personas, no (solamente) de los judíos.
No se me entiende o qué?
Braña.
AL final llegas donde la mayoría estábamos antes.
ResponderEliminarUn abrazo