Una de las características de Vicente Álvarez Areces es cómo mima a sus equipos, como trata de cuidarlos y protegerlos. Sus colaboradores se saben siempre respaldados y, sus proyectos, apoyados hasta el final.
Por esa razón, el giro radical en la programación de La Laboral (de la ultravanguardia que no tenía ni público con entradas de protocolo a la Pantoja) es muy significativo de los nuevos tiempos que vienen. Hagamos un poco de memoria.
Con las transferencias en Educación, el Principado recibió la Universidad Laboral, la segunda superficie construida más grande de España después de El Escorial. Gestionar ese patrimonio era un reto, más aún cuando la ampliación del Campus de Gijón se hizo sin pensar en ese edificio, lo que habría sido bastante sensato.
Jorge Fernández León asumió el reto de llenar de contenido La Laboral y apostó por diseñar la Ciudad de la Cultura. El Centro de Arte, el Teatro, el Conservatorio, la Escuela Superior de Arte Dramático, la RTPA, el hotel... Son las diferentes piezas donde una de las más polémicas era el Teatro de La Laboral y su apuesta por la vanguardia que siempre alentó León.
Aunque no se cambia el diseño fundamental, si una pieza mediática, que generaba polémica. Y se comienza a construir el post-arecismo. El presidente ha jugado su papel en el diseño del futuro (hace meses se entrevistó con José Luis Moreno, nuevo programador in pectore) e impulsa los cambios necesarios para que las obras del arecismo no se las lleve el viento.
Los hijos con discapacidad de los trabajadores de la administración ven sus ayudas anuladas, las ayudas para estudios lo mismo.
ResponderEliminarY aquí metiendo dinero a la Pantoja en la Laboral y retransmitiendo la Fórmula 1 en la Tpa...Eso ye el arecismo con iu.
Ch: hay que pensar en el post, que ya estamos en tiempo de descuento
ResponderEliminarDos reuniones privadas de Areces, con Foster y Moreno, acaban con sendas concesiones. Casualmente.
ResponderEliminarAlguien debería explicar en qué punto de nuestro sistema público se recoge que promotores o arquitectos puedan tener reuniones privadas con la máxima autoridad del Gobierno Regional con el propósito de hacer uso de los recursos públicos.
Es que no damos una a derechas, joder, nos vamos de hacer obras para una minoría donde se invierte el dinero público a paladas casi a fondo perdido a una programación "tomatera" cuyo objetivo primordial es el todo por la pasta.
Y estoy con Chema, me encanta ver la F1 en la TPA, que no lleva publicidad, pero no tiene ningún sentido pagar ese dinero por algo que todos podemos ya ver gratis en otra televisión accesible a todo el mundo. Es de locos.
Por favor que en el Niemeyer dejen hacer Natalio que, por ahora, es de los pocos que han demostrado un poco de coherencia.
Ye lo que pasa por usar la tecnología digital;)
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