jueves, 1 de julio de 2010

Por un IVA patriótico



Este uno de julio se nota en nuestros bolsillos por la subida del Impuesto del Valor Añadido, el popular IVA. En algunos sumercados, como Eroski y Lidl, ya han anunciado que no repercutirán su incremento en los precios finales. ¿Milagro? No, yo creo que no, porque entre lo que se ahorran en publicidad y los costes secretos de la transición al euro la mayor parte de las empresas cuentan con margen suficiente para asumir esa incremento de la presión fiscal.
¿Acaso hemos olvidado lo que pasó en este país cuando llegó el euro? El día 31 de diciembre pagábamos por un café 100 pesetas y, al día siguiente, o a los dos, nos pedían otra monedita, de un cospel parecido: 1 euro. ¡¡Qué fácil!! Pero esa transición significaba pagar 166,386 pesetas (si no me equivoco) por lo que antes nos contaba 100 pesetas con el mismo servicio y, posiblemente, un poco de mala leche por lo complicado que era entender la nueva moneda. Estamos hablando de un incremento del 66,38%, un margen suficiente y, aunque ha llovido desde entonces, la inflación aún no se ha comido el margen que se añadió al que ya existía, pues no creo que con los veinte duros pre-euro esa cafetería de la esquina estuviese en números rojos.
O sea, que es el momento para asumir un IVA patriótico. Y, nosotros, los asalariados, a consumir.

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