jueves, 27 de mayo de 2010

Esperando por una pantalla



Le tenía cariño al jodido. Me lo había regalado Costilla, aunque, por eso de los costes, aún no lo conectaba a Internet. Pero el tecladillo me permitía avanzar apuntes para Archipiélago y, sobre todo, con la cámara conseguí casi todas las imágenes que últimamente aparecían en estos apuntes. Por alguno de esos misterios de la técnica, nunca logré que funcionase bien la actualización de la agenda con el ordenador, pero me daba lo mismo. Seguía con mi vieja Palm, feliz como una lombriz. O sea, una relación estable y perfecta hasta el pasado 15 de mayo.
Aún no sé como me las arreglé para que callese de tal manera que su funda protectora fuese inútil. Totalmente inútil. La pantalla se fue el carajo. En un segundo. Quedé frío al verla toda rota. Salve las fotos y durante un par de días no leí ningún sms que me llegaba. Respondía a ciegas o callaba. Hasta que tuve tiempo para ir a servicio técnico de Nokia, en Parque Principado.
-La pantalla está rota.
-Ya se ve.
El chaval comenzó a teclear en su portátil. Me indicó el presupuesto, aceptable. Y con una noticia:
-No hay pantallas en España. Hay que esperar que lleguen. Un mes, como mínimo.
-De acuerdo, esperaré.
Y así estoy desde entonces. Lo único bueno es haber superado el mono tecnológico, saber que, después de todo, siempre hay cámaras digitales. O que sin imágenes se puede vivir bien. Y que la agenda de papel ha demostrado una utilidad centenaria.
Pero, con todo, alguna noche me acerco al terminal apagado, lo acaricio y le susurro: "te volverás a poner bien, aún tenemos muchas cosas por hacer juntos".


Photo: http://www.yugatech.com/blog/wp-content/uploads/2008/12/nokia-e63-review.jpg

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