Debería haber escrito esto el 28 de diciembre, pero es lo que tiene la memoria. En ocasiones, uno no se acuerda a tiempo. Y fue ayer, repasando la ausencia de inocentadas en los periódicos locales, cuando recordé cómo se vivía ese día en otros tiempos. Los que somos más jóvenes sólo llegamos al final de la tradición de las bromas periodísticas que, en Avilés, tuvieron un maestro: Venancio Ovies, corresponsal de El Comercio, ya fallecido y que fue una de las referencias del periodismo local en la ciudad.
Quienes lo trataron, aseguran que disfrutaba del Día de los Inocentes como un niño y que preparaba su broma con meses de antelación, buscando esa difícil combinación de credibilidad y broma final. La inocentada de Venancio Ovies en las páginas de Avilés de El Comercio era toda una institución en Avilés.
Cuando te cuentan las bromas que pensó siempre sale la siguiente: un año "informó" del robo de un cuadro de Carreño Miranda que se encontraba en la sala de la Caja de Ahorros de Asturias para una exposición que se iba a inaugurar por sorpresa el día 28 de diciembre. Por ese motivo, la muestra se suspendía. Al día, siguiente, otro periodista local seguía la información en La Voz de Avilés, dando datos sobre el cuadro y describiéndolo con total precisión, a pesar de no existir.
Es una de esas anécdotas que te suelen contar cada dos o tres años. El periodista que siguió la información (y me parece que no citó la fuente) aún sigue por Avilés. Nunca le pregunté si era verdad esa anécdota. Me da vergüenza. Me quedo con la lección de la necesidad de citar las fuentes, al menos cuando son otro periódico.
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