Estábamos contemplado una botella de Petrus y otra de Vega Sicilia. De poder beberlas, pagaríamos por ella nuestros sueldos mensuales. El suyo y el mío juntos. Igual ni alcanzábamos.
-Dirás que soy un estirado, pero me parece un pecado pagar por beber ese vino; le dije.
-El pecado es pagar, no beberlo.
-A ver cómo convencemos al jefe de sala...
Totalmente de acuerdo. Hay una botella de Petrus del 2004 en el Corte Inglés que cuesta 3.595 euros. Vergonzoso
ResponderEliminarLo dicho, Mar, el pecado es pagarlo, no disfrutarlo.
ResponderEliminar