-¿Perdone, va a salir?
-Sí, ahora mismo, en cuanto termine de hablar por el móvil.
-¿Podría esperar a que llame a mi marido y venga a aparcar?
No, por desgracia para uno no es una secuencia fruto de mi imaginación con la que poder empezar un relato. La conversación, más allá de matices, fue real y demuestra lo difícil que hoy en día resulta aparcar en Avilés, donde la doble fila ya es estructural en muchas calles ante la pasividad de la policía y sufrimiento de los conductores. A este paso, nos convertiremos en eternos peatones o conductores atrapados en alguno de esos atascos infinitos que pueblan la literatura. La angustia del gran atasco o la desesperación del eterno movimiento. Así nos las gastamos en Avilés.
Si ahora abordamos el problema del aparcamiento en clave cómica, nos queda saber cuando empezaremos en clave trágica y, o pugilística. Y a ver que hace la ORA en todo esto, más allá del saca perras.
En Pontevedra centro el problema del aparcamiento y la saturación del tráfico también empezó de "chiste" y ha acabado en un problema mayúsculo.
ResponderEliminarEs imposible acercarse al centro a menos de un kilómetro.
La pasada semana por aparcar en un parking público para realizar un "carga y descarga" -en un periodo máximo de 10 minutos- me 'clavaron' 1,50 euros. Y eso que iba por minutos!!!
Veremos lo que pasa ahora en Avilés con la zona azul.
Una pregunta: ¿A los coches que no estén matriculados en Asturias le llegarán las multas de la zona azul??.
Está visto que no cabemos todos. Por eso siempre tiene que haber una flotilla en rotación permanete. Parece que es la apuesta de Avilés por el movimiento. En Oviedo, mirás para otro lado y ya te han llevado el coche. Es la apuesta de Oviedo por las arcas municipales. Esto no tiene remedio. El coche es un lujo que hay que pagar en cualquier caso, bien con multas o dando vueltas sin fin. Un saludo
ResponderEliminarPregúntale a los vecinos del Fondo de Valliniello o a los de Santiago de Ambiedes o San Martín de Podes si el coche es un lujo o una necesidad. Eso sin contar con que para otros vecinos que sí disponen de una oferta de transporte razonablemente amplia, resulta una sangría inmensa al bolsillo. Sólo es cuestión de hacer números, a un vecino de las afueras, que tenga que trabajar en Avilés, le salía más rentable coger el coche y comer en casa que hacer lo mismo con el autobús. Se mire como se mire el resultado es económicamente perjudicial para un montón de personas.
ResponderEliminarPregúntale a los médicos del servicio de salud público que tienen que poner su coche a disposición del trabajo para hacer visitas a domicilio y a los que multan mientras atienden a un enfermo.
ResponderEliminar¿El coche es un lujo?
Andrés, ¿y cómo va su libro?
ResponderEliminarSaludos a la afición
Sin intención de polémica. A ver, entiéndase lo que quiero decir. Hoy el coche es una necesidad de los tiempos, no sé si una necesidad fatal, pero necesidad. Y en esta situación, cuando no hay espacio para todos no queda otro remedio que dejar el coche o pagar: pagar gasolina, parking, zona azul, viñeta, multas... Y entonces, dado lo caro que sale ya casi se está convirtiendo su utilización en la ciudad en un lujo. Fernando, en cuanto al libro, pues contento: éramos unos cuantos en la preentación y estuvo bien. En mi blog he dejado algo de información. Un saludo
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