Aunque me avisó al poco de su edición digital, hasta hace unos días no he tenido tiempo para acercarme a leer Camineros, Jicaras y Verdugos, el nuevo libro de Luis Miguel Rabanal. Los lectores de su poesía ya conocemos las líneas maestras que la recorren, sus preguntas sobre el dolor de la existencia, la soledad, el sentido de la vida. Sigue fiel a su temática pero logra, una vez más, sorprendemos y abrirnos nuevos horizontes que estos cincuenta versos dedicados a la memoria de Cristina Rabanal.
La soledad eraLuis Miguel Rabanal sigue buscando y compartiendo sus hallazgos con sus fieles lectores, cómplices silentes ante una nueva colección que, como lied dolorosos, nos acompañan en la habitación. Es poesía para el invierno, para cuando la muerte golpea a la puerta y avivamos el fuego de la chimenea pensando que, el rosario que tenemos entre las manos, encontraremos el calor que nos da conocer los secretos.
buscar ese bosque
donde no se encontrase
el secreto,
las manos salpicadas
de blanco.
¡Terrible la portada! El lector casual pasará de largo :-(
ResponderEliminarjolin que way ta tu blog, yo apenas lo empecé ayer y no se ponerle nada... ni votaciones ni cosas chulas ni na de nada...
ResponderEliminarasias por el comentario!! como me encontraste?
Annie, pero lo importante es el interior, ¿no? Acércate y disfruta de la pesia.
ResponderEliminarGracias por venir, Ana. Localicé tu bitácora gracias a la de Daniel Gutiérrez Granda. Esto de los blogs tiene mucho de red social. Llegas a uno que te gusta, y saltas a otro y a otro... En el panel de control (en diseño) encontrarás la mayor parte de las chorraditas que se pueden poner. Ánimo y sigue con tu ático.
Pues sí, pero antes no agarres el libro... es que me tira lo mío, qué le voy a hacer.
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