La Feria es, para los gijoneses, uno de los genes de su adn. Igual que el Sporting o la sidra, en mayor o menor grado, aparece en todos los gijones. Los asturianos acudimos a la Feria de Muestras. Y, si somos un poco pedantes, visitamos la Feria Internacional de Muestras. Los de Oviedo y alrededores, la Feria de Muestras de Asturias, por eso de no mentar a Gijón. Sin embargo, un gijonés dirá: "Voy a la Feria". No hacen falta más explicaciones.
Desde hoy, los gijoneses, y buena parte de los asturianos, visitaran, y visitaremos, la Feria de Muestras. Y, con ella, regresan las leyendas urbanas a las que uno es un simple aficionado. La zona de bocadillos es una de las más fructíferas.
Los relatos sobre los chorizos criollos, o a la sidra, que se caen al suelo y regresan a la barra entre dos trozos de pan son habituales. También hemos recogido historias sobre la protestas laborales, por otra parte lógicas en una ciudad donde el movimiento obrero tiene tantas raíces. Cansados de jornadas largas y agotadoras, de suelos escasos y descansos muy cortos, algunos trabajadores culpan de su destino a los comensales y no dudan en escupir en la comida, según aseguran diferentes testimonios. No digo que sea que cierta, lo califico como leyendas que, por otra parte, aseveran que una de las zonas donde caen más esputos es en los rebozados de los calamares fritos.
Yo, por si acaso y aunque se trate de leyendas, compro mis bocatas en lugares de confianza y donde vea donde se preparan.
Tengan cuidado ahí fuera.
Desde hoy, los gijoneses, y buena parte de los asturianos, visitaran, y visitaremos, la Feria de Muestras. Y, con ella, regresan las leyendas urbanas a las que uno es un simple aficionado. La zona de bocadillos es una de las más fructíferas.
Los relatos sobre los chorizos criollos, o a la sidra, que se caen al suelo y regresan a la barra entre dos trozos de pan son habituales. También hemos recogido historias sobre la protestas laborales, por otra parte lógicas en una ciudad donde el movimiento obrero tiene tantas raíces. Cansados de jornadas largas y agotadoras, de suelos escasos y descansos muy cortos, algunos trabajadores culpan de su destino a los comensales y no dudan en escupir en la comida, según aseguran diferentes testimonios. No digo que sea que cierta, lo califico como leyendas que, por otra parte, aseveran que una de las zonas donde caen más esputos es en los rebozados de los calamares fritos.
Yo, por si acaso y aunque se trate de leyendas, compro mis bocatas en lugares de confianza y donde vea donde se preparan.
Tengan cuidado ahí fuera.
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