Las noches de verano son diferentes a las del invierno, también a las del otoño. En invierno, al salir de la oficina, la noche es fría y en la calle apenas encuentras a gente. Dan ganas de correr hacia casa, refugiarte entre las mantas y leer. En verano, aunque sea un día laborable, siempre encuentras a personas paseando. Algunos incluso dan la impresión de regresar de la playa con su olor a crema bronceadora y el aire despreocupado de quién ha dedicado varias horas a contar las olas y las formas de las nubes.
La noche de verano te invita a la vida, a abrazar a la persona amada y a pasear por la calle. Son noches en las que añoras una terraza para sentarte a conversar durante horas y horas. La noche del verano es la noche más hermosa.
La noche de verano te invita a la vida, a abrazar a la persona amada y a pasear por la calle. Son noches en las que añoras una terraza para sentarte a conversar durante horas y horas. La noche del verano es la noche más hermosa.
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