Apenas hay policía ordenando el tráfico, los semáforos se respetan, pero más por el miedo al que vendrá en sentido contrario que por una idea de la circulación. La conducción es lenta, la gente se entremezcla entre los coches y te quedan mirando, como si les extrañase que un vehículo a cuatro ruedas ocupase la calzada. Hay obras en todas las calles y la gente aparca en todos los lugares.
Pensé que seguía en Zanzíbar, o que había alquilado un coche en la isla de las especies, pero no, sucedió esta mañana por Avilés.
Pensé que seguía en Zanzíbar, o que había alquilado un coche en la isla de las especies, pero no, sucedió esta mañana por Avilés.
Tranquilo maese Del Busto. La ORA ya está aquí.
ResponderEliminarRecuerdo haber escrito algo al respecto en mi dulce mazmorra, antes de disfrutar de esta temporal libertad.
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