Orhan Pamuk traza en Estambul, ciudad y recuerdos (Mondadori) la extraña geografía que supone recorrer una ciudad con el corazón como brújula de un viaje donde no falta la literatura, la geopolítica o la historia. Los diferentes nombres de la ciudad representan su ser y se superponen como las capas de una cebolla. Estambul, Bizancio y Constantinopla es una ciudad extraña porque no es hermosa pero cautiva con su vitalidad, es un espacio para ser pisado, sudado, recorrido con el corazón como hace Pamuk en su obra. Es un libro de viajes que nos lleva a los sentimientos del autor, a algo tan íntimo como el nacimiento de su pasión por la literatura y su ciudad. Los primeros días en Estambul siempre son extraños hasta que el viajero se enamora de la ciudad o la aborrece. Algo parecido sucede con estas páginas. Uno empieza a recorrerlas pensando que llega a un libro de viajes al uso y hasta que descubre las claves de esa geografía sentimental no comenzará a disfrutar las páginas. Al terminar, no se arrepentirá de haberlas leído.
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