Dedicado a todos los que piensan que no tengo vida más allá de la política, por si alguno hubiese. Les recomiendo un paseo, al menos ocasional, por el Elogio del proxeneta de Luis Miguel Rabanal. El gran poeta nos ofrece un particular diario de caricias, olvidos y deseos. Su bondad permite que un servidor ejerza de parásito y responda a sus textos. Entablamos un singular diálogo poético que no sé a donde nos llevará. De momento, servidor de ustedes ha ido puliendo el tono de sus entradas hasta encontrar la voz adecuada para esa conversación.
Les animo a que lo incluyan en sus favoritos. Y a que participen.
Parece que Garralda ganara el San Pancracio.
ResponderEliminarCreo que era el santo que le faltaba en su parroquia, asi que habra que comprarle una hornacina.