Ahí está, cumpliendo meses. Aún faltan algunos remates y, seguramente, habrá baldosas sueltas, pero los avilesinos ya nos hemos acostumbrado a la nueva pista de La Exposición. Casi hemos olvidado lo que era ese espacio degradado, sucio, convertido en el gran aparcamiento gratuito de la ciudad. En sus tripas se encuentra un gran aparcamiento de pago. Y, en superficie, canchas para jugar, un parque infantil donde dan las ganas de volver a ser niños y un espacio para pasear y que la Tila corra con otros amigos. La Exposición vuelve a ser el lugar donde todos los avilesinos se divierten, como siempre ha sido. Es una obra que me encanta y por la que me gusta pasear a diario.
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