Existe un cierto tipo de personas que me sorprende constantemente por sus, digamos, habilidades sociales. Me encuentro a X y me dice todo serio: "Llámame mañana, que tengo ganas de tomar un café contigo". Y se marcha tan tranquilo.
Y no es que uno no quiera tomar un café con X, incluso con Y y buena parte del abecedario, pues uno está dispuesto a tomar cafés con casi todo el mundo, salvo los cobardes anónimos que visitan estas islas y otros individuos de igual caladura moral; pero me sorprende la intención. Él, o ella, quiere tomar el café conmigo, pero soy yo quién debe llamar, seguramente fijar el sitio y pagar, puesto que yo fui quien quedó. Con la hipoteca de El Cerillero próxima es un gasto que igual debo evitar, pero más allá del asunto económico, lo más difícil es la primera frase. ¿Qué le digo? ¿Qué me quieres contar X? ¿Qué me quieres contar X que tengo que llamarte yo y no tú? ¡Por favor, en las manos que vivo de escribir!
Desde luego, eso es lo que se llama tener habilidades sociales.
Bueno, la frase total sobre estas cosas es lo de "ya nos llamamos y nos tomamos un café"... que consiste en no verse en tres años o así.
ResponderEliminarPero piensa en positivo. X es una persona desocupada y sabe lo justo que tú vas siempre de tiempo, por eso te concede el privilegio de elegir lugar y armas.
Eso me dice siempre mi familia cuando me ponen en algún brete -¿qué querrá decir brete? que diría Millás- de este tipo... y como a la familia hay que quererla mucho, tengo que creérmelo. ;-)