Gracias. Este domingo de Pascua es lo que más me apetece escribir en esta bitácora. Aún está cercano ese 26 de diciembre cuando empecé esta aventura que, poco a poco, va cumpliendo días. Mis cinco mil páginas leídas son un número pequeño comparado con otros, la mayoría, que andan por la red, incluso de mis amigos, pero hace que sienta una gran gratitud hacia los visitantes que se dejan caer en estas islas. Así que, gracias.
Gracias especialmente en esta Semana Santa tan especial para mí por vivirla con la persona amada y, aunque no ha sido el primer año, sí ha sido el más especial. Gracias porque la estadística ha demostrado que estos apuntes personales siguen despertando interés más allá de los familiares y amigos que estos días desconectaron del ordenador.
Gracias por alimentar chifladuras como los san Pancracio que, poco a poco, a poco irán creciendo e iremos disfrutando más con ellos.
Gracias a todos. Mil gracias. Un millón de gracias. Infinitas gracias.
Oye Fernando, ¿es cierto que Manuel Peña te expulsó tres días del Colegio San Fernando por gamberrete?
ResponderEliminarNo sé si fueron tres o cuatro, pero es totalmente cierto. Más que gamberrete, por tontete. Estábamos en COU haciendo el tonto con un preservativo por clase y yo se lo pasé a una compañera. Ella se lo tomó muy mal, como una ofensa a su honor y fue a quejarse al director de Bachiller y, entonces, el tutor de mi clase: Manuel Peña. Era una falta muy grave y Peña me ofreció un trato para no ser castigado: delatar a quién me había pasado el condón. Y, aunque no fuese, con que le dije el nombre de un estudiante de clase al que querían expulsar era suficiente para salir limpio de polvo y paja. ¡Aún recuedo el jaleo en mi casa cuando dije a mis padres que, a mí, me expulsarían, pero no era un chivato! Después de una tarde bastante dura (el padre de la ofendida exigiendo restaurar el honor de su hija, mi padre soportando el castillo y Peña y Javier Martínez insistiendo en que era una chiquillada, pero no para tanto, todo quedo en esa expulsión.
ResponderEliminar¡Menudos recuerdos de juventud me traes! Ya con Peña de candidato a la alcaldía hablamos sobre el asunto. Iba a entrevistarle (dos páginas) y él llegaba todo relajado, recordándome que había sido un buen alumno y diciéndome que debía tratarle bien.
Entonces nos sentamos y le comente: "Manuel, ¿recuerdas cuando me expulsaste injustamente del colegio?" Casi pierde el moreno del momento, pero reaccionó rápidamente: "Yo no quería, a mí me obligaron".
La entrevista salió muy bien.
Por lo que yo sé en el san fernando expulsaron a todo el mundo; malo de aquel al que no hubiesen expulsado de clase aunque solo fuese un dia...
ResponderEliminarEse colegio estaba lleno de hijos de alguien, de manera que siempre habia (supongo que sigue habiendo) dos tipos de alumnos: los hijos de alguien conocido, y el resto. Los primeros, fuesen buenos o malos estudiantes, eran objeto de especial atencion por la mayoria de profesores. Los segundos (entre los que me incluyo), fuesen buenos o malos estudiantes eran ninguneados.
¡que tiempos en aquel colegio que no he vuelto a pisar!
Mis muchos años allí me enseñaron algo: cuando tuviese hijos tendría que llevarlos a la educacion publica.
Y asi lo haré, dentro de dos años, con mi pequeñin...
En ese colegio semiprivado y no confesional (desde que cambiaron la iglesia por una pista de tenis cubierta) la calidad de los profesores no es mejor que en cualquier centro publico, ya que en los centros publicos han de superar una oposicion; y en este centro su departamento de RRHH siempre tiene en cuenta de manera especial a hijos de profesores y exalumnos.
Un punto a favor de este centro es el supuesto control sobre el alumnado y la supuesta disciplina; en mi epoca yo creo que era cierto, estabamos mas controlados que los amigos que iban a los institutos; lo unico que hubiese hecho falta por entonces era algo de control tambien sobre algunos profesores.
Es muy facil ser un gallo delante de niños de 15 ó 17 años; luego la vida da muchas vueltas, y años despues te los encuentras en la vida real, y bueno, como no conviene ser rencoroso el exalumno termina por ignorar al que fue su profesor; yo lo hago, no saludo a ninguno; es triste.
Buenos tiempos los del san fernando, no tanto por el colegio en sí, sino por unas edades, unas expectativas, unos interrogantes que poco a poco hemos ido despejando...
ñ
Guardo mal recuerdo de Peña como profesor. Estudié EGB en una escuela pública y BUP+COU en el S.F.
ResponderEliminarEn el S.F. suspendí en 2 ocasiones, de uno de los profesores con los que suspendí guardo el mejor de los recuerdos, de otro el peor. Simplemente sentirte despreciado por un profesor es lo peor que se puede decir de un profesor.
No es rencor, es un hecho.
En las próximas elecciones el sobre de la municipales irá vacío, con otro candidato en el primer puesto iría para el PP.
Bueno Fernando y para reponer el honor de la mancillada ¿te casaste con ella? ¿fue la que te dejó? ¿aún te guardaba rencor por lo del condón?.
ResponderEliminarMejor seguías estudiando gramática y ortografía y pasabas los apuntes a la redacción de La Hez de Avilés.
Aunque es cierto que habría muchas cosas que criticar del San Fernando, discrepo de algunas opiniones sobre los profesores. Cuando llegué a la Universidad, comprobé como mi nivel de formación se encontraba en el grupo medio-alto de mis compañeros.Supongo que algún mérito lo tendrían los profesores.
ResponderEliminarPor lo general, la gente con más carencias venía de centros privados y más elitistas que el mío.
Compruebo, con tristeza, como regresan los anónimos insultantes y cobardes. Es la cruz de este Archipiélago. La llevaremos con dignidad y resignación.