Fue una temporada dura de trabajo. Así que aprovechamos una noche para escapar al cine y descansar. Al igual que me sucede con la gastronomía me pasa con el cine. De vez en cuando hay que comerse una hamburguesona para disfrutar luego de la cocina tradicional o de la vanguardia. Así que nos fuimos a ver The Host. Por los anuncios parecía una de estas películas asiáticas de monstruos, carreras y sangre. Ideal para ver con palomitas y desconectar. Así que allá fuimos. Comida basura y a descansar. Empieza la peli, la situamos como coreana y, a los diez minutos, ¡chas! No es una peli serie B, hay monstruo, pero estamos ante una película social. Estos no ruedan Roma, ciudad abierta para denunciar. El bicho y las persecuciones es lo menos importante. La película se dedica a denunciar la injerencia yanki en Corea, el poder de sus corporaciones económicas, la corrupción como un elemento más del entramado social, el machaque al que se somete a las clases menos pudientes... De vez en cuando salía un bicho, comíamos una palomita pero, entre bocado y bocado, nos asombraba la lección de cien social que estábamos viendo. Eso sí, cine social a la coreana.
Ye la del bichu esi que se come a los que entran en el remolque del camión. Ahora bien, la reflexión acerca del imperialismo yankee te desubica, te sorprende y te agrada.
ResponderEliminarNo sólo de hundays vive el hombre.
K.
Esi bichu, esi bichu... Creo que ye metafóricu, igual que el Xonás que si salva al afondamientu de la pellícula
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