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La rapidez con la que suceden los acontecimientos hace que sus raíces queden olvidadas, tapadas por la sucesión de noticias. ¿La Gürtel, qué es la Gürtel? ¿Existió alguna sentencia sobre la Gürtel? Si, existió y gracias a ella hoy el titular de La Moncloa es Pedro Sánchez, aunque la contribución seguiremos pagándola todos los españoles.
La sentencia es brutal, demoledora, terrible. Debería servir para remover la conciencia de la sociedad española. Nos viene a decir que, desde su origen, el Partido Popular, uno de los dos grandes partidos del sistema creó una red corrupta para financiar su campaña y lucrarse. De paso, su presidente, y en los últimos años presidente del gobierno, no ofrece credibilidad a un tribunal que lo comprende por el reproche moral que reconocer la verdad tendría en la sociedad.
Ahí es nada. Es un resumen, porque son 1.600 páginas.
Ante una realidad como esa, hemos visto dos actitudes. Ambas igual de mezquinas, cobardes y mediocres.
Por una parte, los afectados han recurrido a las excusas de mal pagador para evitar enfrentarse a la verdad. Para ello, han recurrido a todo tipo de mentiras en su peor traje, el de la media verdad.
Por ejemplo, que la sentencia no es firme. En parte es cierto, pero en parte se debe al sistema de garantías constitucionales. No es firme porque los afectados pueden recurrir. Pero los recursos no suelen tocar los hechos probados. Lo normal es que estudien si el juicio respeto los derecho de las partes o las valoraciones de las penas. Pero no cambiarán lo sustancial. En ello, que el Partido Popular no puede ser juzgado como organización porque los hechos que se juzgan comenzaron antes de que se introdujese esa figura y, en esa situación, siempre se aplica la pena más beneficiosa para el penado. Y podríamos decir más.
Por otra parte, la oposición se ha lanzado al cuello de su víctima hasta el punto de presentar y aprobar una moción de censura en el peor momento posible para España, con la crisis secesionista de Cataluña sin cerrar y con la del País Vasco a las puertas. No es de extrañar que los nacionalistas de ambos territorios fuesen los primeros en ir a apoyar el cambio de gobierno. Mejor un ejecutivo en minoría que uno débil.
La Gürtel nos ha demostrado que lo mejor de España son los españoles, su sociedad civil y que, aunque necesitamos a los partidos políticos, cuanto menos esperemos de ellos, mejor. No habrá decepción y es que aquí hay para todos...
(Continuará...)
Ante una realidad como esa, hemos visto dos actitudes. Ambas igual de mezquinas, cobardes y mediocres.
Por una parte, los afectados han recurrido a las excusas de mal pagador para evitar enfrentarse a la verdad. Para ello, han recurrido a todo tipo de mentiras en su peor traje, el de la media verdad.
Por ejemplo, que la sentencia no es firme. En parte es cierto, pero en parte se debe al sistema de garantías constitucionales. No es firme porque los afectados pueden recurrir. Pero los recursos no suelen tocar los hechos probados. Lo normal es que estudien si el juicio respeto los derecho de las partes o las valoraciones de las penas. Pero no cambiarán lo sustancial. En ello, que el Partido Popular no puede ser juzgado como organización porque los hechos que se juzgan comenzaron antes de que se introdujese esa figura y, en esa situación, siempre se aplica la pena más beneficiosa para el penado. Y podríamos decir más.
Por otra parte, la oposición se ha lanzado al cuello de su víctima hasta el punto de presentar y aprobar una moción de censura en el peor momento posible para España, con la crisis secesionista de Cataluña sin cerrar y con la del País Vasco a las puertas. No es de extrañar que los nacionalistas de ambos territorios fuesen los primeros en ir a apoyar el cambio de gobierno. Mejor un ejecutivo en minoría que uno débil.
La Gürtel nos ha demostrado que lo mejor de España son los españoles, su sociedad civil y que, aunque necesitamos a los partidos políticos, cuanto menos esperemos de ellos, mejor. No habrá decepción y es que aquí hay para todos...
(Continuará...)
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