Grúa en la dársena de San Agustín
Regresa la lluvia y nos da la vida, nos permite respirar después de unos días ahogados por el sol y el viento. Respiramos y vemos un paisaje diferente, tamizado por la niebla y la bruma, por el orbayo y la nostalgia.
La grúa del puerto se convierte en una estatua futurista, en una oda al pasado que nos alimentó y el futuro que nos ilusiona. La belleza, como siempre, reside en nuestra mirada, en nuestro corazón, en nuestras ilusiones.
Cada día cumplo nuevos anhelos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario