De las diferentes afirmaciones que uno ha leído a raíz de la muerte del profesor José María Martínez Cachero me quedo con una: el notario de las letras. Es una forma de describir el rigor y la exactitud que aporta en sus libros que uno, como modesto doctorando en Literatura, consulta con frecuencia. Cachero es un geógrafo de la literatura española que ha definido con exactitud los ríos, montañas y valles por los que ha navegado.
Será su aportación a la cultura. Pero tampoco se puede olvidar su exquisita educación con todo el mundo, su pasión divulgadora de la cultura, su voluntad de servicio público, su espíritu laborioso.
El profesor Cachero es un ejemplo de la mejor tradición de la Universidad española. Su recuerdo siempre será un aliciente para todo el mundo, incluso para quienes sólo lo tratamos en la distancia.
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