Habéis traicionado la confianza depositada en vosotros por jóvenes inocentes y por sus padres. Debéis responder de ello ante Dios Todopoderoso y ante los tribunales debidamente constituidos. Habéis perdido la estima de la gente de Irlanda y arrojado vergüenza y deshonor sobre vuestros semejantes. Aquellos de vosotros que son sacerdotes han violado la santidad del sacramento del Orden, en el que Cristo mismo se hace presente en nosotros y en nuestras acciones. Junto con el inmenso daño causado a las víctimas, un daño enorme se ha hecho a la Iglesia y a la percepción pública del sacerdocio y de la vida religiosa.
Benedicto XVI, Carta a la Iglesia en Irlanda
¡Vaya fraude! la carta del Papa individualiza el problema cuando gran parte de lo ocurrido, de su gravedad, viene de la estructura de la Iglesia que ha protegido a los delincuentes y callado ante las quejas y los intentos de aclarar y denunciar los casos, toda la estructura es culpable en alguna medida, no sólo los pederastas, basta leer algunas declaraciones de personas de relevancia en la Iglesia para darse cuenta de hasta que punto se ha intentado ocultar, minusvalorar o desviar la atención. Eso sí, terrible para la institución y para las muchas personas buenas que ahí hay. Una lástima
ResponderEliminarNo entiendo cómo es que , dentro del elenco de posibles delitos, los sacerdotes son propensos a este de los abusos a menores. No lo entiendo, y es preocupante. Del mismo modo que si se constatase que dentro de la iglesias fuesen propensos a cualquier otro acto ilicito (si uno de cada 100 curas fuese responsable de trafico de armas, de drogas o de robar coches ¿no nos llamaría la atención y trataríamos de buscar el porqué?). Alguien deberá hacer un estudio, una tesis, que encontrase la relación entre este delito e iglesia.
ResponderEliminar¿Cómo no lo vas a entender? el sexo es una necesidad humana, no se puede pretender reprimirla con una norma, como no se puede reprimir el hambre o la sed. Lo de que las víctimas sean niños tan sólo es consecuencia de que son "presas" accesibles, fáciles y "reprimibles". Me juego una oreja a que el número de onanistas también es superior en la iglesia que en cualquier otro colectivo -salvo quizás entre los adolescentes-. Resulta de una lógica inevitable.
ResponderEliminarDios te dé luz .La Iglesia como tu la llamas no son esos indeseables.Somos todos los bautizados.Es como tenerlo en nuestra familia,nos da vergüenza y queremos que se castigue sin ninguna duda.No sé como nos arreglamos que siempre lo peor es de la Iglesia hijo,se te nota un puntín de prejuicios que te quita autoridad....yo no me siento culpable de nada y soy miembro de la Iglesia o me vas a tirar la primera piedra????
ResponderEliminarAnnie deja de tirar tantas piedras contra la iglesia hija,la iglesia no son esos indeseables,soy yo y muchísima gente como yo bautizada.Me ofende la generalización.Debes relajarte porque desprendes un tufillo que te quita autoridad en los argumentos.Fuera toda esa gente y que la ley caiga de forma clara sobre ellos.
ResponderEliminarDonde dije "iglesia" quiero decir "clero", y mantengo todo lo demás. De todas formas, seguro que en el diccionario de la real academia, entre las muchas acepciones que aparezcan de "iglesia" seguro que hay una que identifique ésta con el clero. A mi también, en el colegio y en la catequesis, me enseñaron que la iglesia somos todos (ni los edificios, ni solo los curas). Creo que la critica está mas que clara hacia el clero, hacia el conjunto de sacerdotes, que no de monjas.
ResponderEliminarYo no he dicho ni que los creyentes, ni que la Iglesia, ni que el clero, ni que el Papa sean unos indeseables, faltaría más. Lo que he dicho es que, aunque los delincuentes de abusos han sido unos pocos, la organización ha tapado, ocultado, minusvalorado, se ha puesto una venda en los ojos y no ha actuado convenientemente para resolver un problema que conocía desde hacía décadas. Trasladar personas de una diócesis a otra, donde lo único que se conseguía era trasladar el problema y que el delincuente pudiese empezar de cero pero además, siendo "de nuevo" anónimo, pues no parece una solución muy tajante, ¿no?
ResponderEliminarY lo segundo que he dicho es que de unas normas que pretenden modificar la naturaleza de la persona, como es la necesidad de practicar sexo, no parece demasiado ilógico pensar que pueda estar entre las razones de que en el clero ese delito parezca ser superior al de otros colectivos.
Lo primero es un dato y a lo segundo, que no lo es, no podrás negarle al menos, una base lógica, luego no veo ni por qué un creyente debe sentirse aludido, ni por qué debe sentirse atacado personalmente, la Iglesia, como organización, puede hacer muchas cosas buenas, pero aquí no ha actuado bien al no eliminar las malas hierbas con contundencia y sin medias tintas y hay páginas y páginas publicadas para refrendarlo. Es lo que hay.
A este tipo de cosas me refería, calentita de hoy mismo y con origen en The New York Times:
ResponderEliminarhttp://www.elpais.com/articulo/sociedad/Benedicto/XVI/encubrio/abusos/sexuales/religioso/200/menores/EE/UU/elpepusoc/20100325elpepusoc_2/Tes
Annie: La Iglesia es universal y por eso se llama católica. Esto quiere decir que aunque la carta se dirige a la Iglesia en Irlanda, donde los abusos a menores tiene una dimensión horripilante, es un mensaje para todos los católicos. En él censura esos comportamientos de protección al agresor que tu también condenas. Pero al agresor, al pederasta. No podemos caer en la condena rápida. ¿No recuerdas esa portada de ABC donde se leía: Este es el rostro de un un asesino de niños. Era la de una señor que, en ese momento, era un supuesto asesino de la hija de su pareja. A los pocos días, se supo que no tenía nada que ver con la muerte de la niña. ¡¡Menuda gracia!!
ResponderEliminarSevero sí, intolerante con el agresor, pero también hay que respetar la presunción de inocencia. Otra cosa, ya que aludes al celibato, ¿qué entendemos en el caso de los curas y monjas que no cometen abusos? ¿Qué no lo cumplen?
Gracias a los demás participantes. Unas manzanas podridas no significan que debamos talar toda la pomarada.
Denuncias desde los años 50 a los 80 donde se habla de 35.000 supuestas víctimas ¡Sólo en Irlanda!
ResponderEliminarTampoco he dicho que todos aquellos a los que se acuse de tal acto sean culpables, ni que no deban tener un juicio justo, ni que deban cumplir ningún castigo sin pruebas, lo que he dicho es que la Iglesia ha encubierto los casos y ha mirado para otro lado, eso nada tiene que ver con tomarse el tiempo necesario para investigar, averiguar la verdad y obrar en consecuencia. Desgraciadamente, visto lo visto, tampoco quedan muchas dudas de que si no se hubiera aireado la cuestión de manera masiva en los medios, no habría existido la carta del Papa, ni habría habido ningún tipo de condena por parte de la Iglesia a los delincuentes. Treinta años son muchos para que toda la reacción de la organización coincida justamente ahora. Pero es que, además, las pruebas de que la Iglesia no ha querido entrar en el problema están saliendo por todas partes, pruebas físicas, escritos, no opiniones. Es que no ha habido severidad, más bien una laxitud preocupante.
Pues no digo nada con respecto a lo que comentas del celibato, porque el planteamiento es falso de igual modo que hay personas que en un estado de depresión se suicidan y otras que no, lo cual sólo significa que la depresión puede conducir al suicidio, no que la depresión lleve inevitablemente al suicidio. No hablamos de matemáticas.