miércoles, 9 de septiembre de 2009

Los piratas de la tdt

Lo sucedido con la televisión digital terrestre (TDT) en España confirma que los mayores piratas de este mundo no se encuentran en las costas de Somalia, sino por despachos de partidos políticos y empresas. Vamos por partes, el gobierno del PP intentó lanzar la TDT mediante un modelo de televisión por pago que fracasó totalmente, como fue en su momento Quiero TV. Y es que tan sólo grandes acontecimientos deportivos generan suficiente pasión para pagar por ver la televisión, además de la publicidad, que también pagamos los consumidores. Nada de eso había en el desaparecido canal.
Tras ese fracaso inicial, quedaba claro que las únicas modalidades de pago por televisión en nuestro país se limitaban a los servicios por cable y la televisión digital por satélite (en manos de PRISA), con la ventaja estratégica de contar con el fútbol y acontecimientos como toros con aficiones capaces de pagar por ver ese espectáculo, o lo que sea.
En el horizonte se veía una TDT gratuita, como puede ser la televisión analógica. En eso, llegó una empresa (Mediapro, que cuentan con La Sexta y el diario Público) que se dedicó a comprar derechos de clubes de fútbol y de todos los deportes (Fórmula 1, baloncesto...) a unos precios muy por encima del mercado. Arrebataron productos estrella a algunos canales (como la Fórmula 1 a Tele 5) mientras todo el mundo se frotaba los ojos: nadie entendía cómo saldrían las cuentas con una TDT gratuita. Porque el gobierno, ya el actual, el PSOE; aseguraba que no habría televisión digital terrestre de pago. Una decisión fundamental, como los modelos de receptores autorizados, confirmaban esa apuesta por la televisión gratuita.
La bola sigue creciendo y el pasado año estalla la segunda guerra del fútbol. Prisa quiere cobrar y La Sexta emite gratis todos los partidos que puede y alguno más. El resultado es evidente: el canal de pago queda fuera del mercado mientras La Sexta casi se asegura el producto en exclusiva. En ese momento nadie entiende las cuentas de La Sexta, que dice que tiene que pagar mucho, pero a muy largo plazo. Así que todos tranquilos. Y los aficionados felices después de la temporada más televisaba y gratuita de la historia.
Y, de repente, el gobierno cambia las normas del juego y autoriza la TDT de pago. La Sexta anuncia que cobrará y el canal de Prisa se ve con menos oxígeno del que tenía. No sólo los contenidos más atractivos están en su adversario, éste llega a todas las casas, mientras que los espectadores deben ir a buscar su producto. Osea, que le pintan bastos. También para los aficionados, que se encuentran que deben comprar unos receptores que aún no existen en el mercado y que deberán pagar a quienes antes se lo daban gratis.
En medio del cabreo, no se sabe si todo lo contado son coincidencias, planes maquiavélicos o fruto de una calenturienta imaginación.
Pero, a poco que todo esto sea cierto, que yo creo que lo es, no me negarán que los Somalia no son más que unos meros aprendices.

4 comentarios:

  1. Sin conocer en profundidad las cosas, me atrevería a decir que este caso es, incluso, más sangrante que lo de Canal Plus en su momento. Hemos visto como se ha ido creando un monstruo con el apoyo del Gobierno -y viceversa- y creo que nadie tenía muchas dudas de que se llegaría hasta aquí, aún así, las formas, el descaro, ha sido tremendo. La tendencia de Público es muy obvia, pero aún así... un desmadre.

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  2. Annie, lo de Canal Plus no fue nada. En el primer concurso para la televisión en España, concedieron un canal a una oferta que planteaba el pago, algo que no recogían las bases, pero que tampoco se prohibía. El cambio de Canal + por la Cuatro ya tiene más miga, que corresponde al actual gobierno.

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  3. Sí, me expliqué mal, me refería al paso de la tele de pago a la abierta, perdón. Eso sí, no recordaba que había sido ya con Zapatero... :-(

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  4. No te preocupes, piratas hay en todas las partes. Recuerda la sinvergonzonería que hicieron con Antena 3 Radio. La Ser la compró (en época Felipe González) y la operación se denunció ante Defensa de la Competencia porque en algunas plazas se convertía en la única emisora privada. La sentencia dio la razón pero, a día de hoy, nadie se atrevió a ejecutarla, comenzando por José María Aznar...

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