Terminábamos el almuerzo cuando el mozo se acercó para apuntar los postres. Enumeró: "Fruta, Yogur, Tarta de queso, Flan, Natillas y Tarta de azafrán y fresas".
Tarta de azafrán y fresas... Azafrán, una palabra plena de sabores, de olores, de recuerdos de la infancia, de buenos momentos en la cocina... Y las fresas, ¿qué decir de las fresas?
Todos pedimos la Tarta de azafrán y fresas.
Y después de probarla todos coincidimos que se escuchaba mejor que se comía. Sin estar mal, su nombre era una invitación a sensaciones que luego, en esa amalgama de chocolate, fresa y algo de azafrán no aparecía, ni oteábamos a lo lejos la experiencia que nos vaticinó el mozo.
Desde luego, los nombres son muy peligrosos en la cocina.
Va a ser por eso que en la sección de contactos de los periódicos no hay ninguna Maruja y sí muchas Jenifer, Samanthas y demás :-)
ResponderEliminarMenuda comparación, Annie, te has columpiado un poco
ResponderEliminar:-)
ResponderEliminarSí, pero no me negarás que el mecanismo es el mismo.
JAJAJAJ de eso nada Fernando, la comparación ha sido suprema.
ResponderEliminarUn punto para Annie
y en que restaurante fue eso?????
ResponderEliminarNo sé, no sé, Alicia y Annie: sois una comandita peligrosa, muy peligrosa...
ResponderEliminarDe comandita nada Fernando. Lo de la tarta de marras es como cuando lees en.. pongamos LNE "MODELOS RUBIAS Vanessa-Valentine. Belleza, clase, estilo. Supercéntrico. Especial desplazamientos, domicilios-hoteles. Para tus noches viciosas"
ResponderEliminary luego resulta que se llama Ana, es de Ibias y........ no sigo que me lanzo.
Uysss esto me ha servido para leer este tipo de anuncios. Jolinesssss jolines, hasta aqui ha llegado la crisis. ¿20€?