Basta con conectarse a Tío Google, teclear "fabricar una coartada", "buscar una coartada" y, en un microsegundo, aparecerán ante nuestros ojos unas cuantas empresas dedicadas a ofrecernos mentiras para nuestras familias, para nuestras empresas, para nosotros... ¿Quiere tener una recomendación profesional de la que carece, ese título académico que necesita para ascender? ¿Desea mantener una doble vida, verse con su amante sin que sus hijos o su mujer sospechen? ¿Ir a un partido con los amigotes y que la pariente quede en casa tranquila, con la pata quebrada? No se preocupe, esas empresas realizarán la noble labor social y le fabricarán la mentira, le ayudarán a la hipocresía que usted no se atreve, o no sabe construir. Alguna, incluso ofertas mensuales para los mentirosos más activos. Y el género no es neutral, ya que sólo el cinco por ciento de los usuarios son mujeres. O ellas mienten mejor o no tienen necesidad.
Pasearse por esas webs es un recorrido entre el dolor y la risa, el llanto por la mentira de quienes son incapaces de vivir su vida con libertad y la carcajada por los servicios que son capaces de ofrecer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario