La dimisión de Mariano Fernández Bermejo ha aportado un elemento nuevo a la política española. Por primera vez desde Antoni Asunción alguno se da por aludido en su gestión. Sólo que Asunción tuvo la dignidad de reconocer la responsabilidad al momento, mientras el ahora diputado Bermejo lo hace de forma vergonzante y vergonzosa por el retraso. Más aún, cuando después de ver los informativos no se sabe si dimitió por una causa (a saber: ir a cazar sin licencia; cazar con el juez Baltasar Garzón de compañero de montería, sublevar a los jueces o la incapacidad manifiesta para sacar adelante la nueva oficina judicial) o por la combinación de las ya dichas en un cóctel de mediocridad al que tan aficionados nos tienen nuestros políticos.
Mientras éste se va, escucho a Leyre Pajín en el Telediario de La 1 reclamar la dimisión de Mariano Rajoy. Parece que estamos en temporada para cazar marianos.
Hasta el momento, Leyre Pajín siempre me ha parecido una mujer inteligente. Aunque estoy por dudarlo. Lo mejor para los socialistas que la continuidad de Rajoy. Un tipo con suficiente capacidad para mantener unido al Partido Popular, pero incapaz de ganar unas elecciones generales. José Luis Rodríguez Zapatero es el principal valedor de Rajoy porque le concede una tranquilidad que no se paga ni con las urnas.
Lo de Bermejinski no ha sido dimisión. Ha sido una vendetta iniciada, desarrollada y culminada por su predecesor en el cargo Juan Fernando López Aguilar. A López aguilar se lo cepilló Zetapé porque se negaba a componendas que permitiesen renegociar con ETA que fue para lo que se ofreció Bermejo. Tras de Bermejo y tras la negociación, Rubalcaba, el hombre con más poder en estos momentos en España.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con su análisis. Son significativas las imágenes del lunes, en La Una con Don Alfredo al lado del nuevo ministro. ¿Regresa la sensatez al PSOE? No lo creo, pero la esperanza es lo último que se pierde.
ResponderEliminar