TeleGijón se prepara para su cierre. De sus 40 trabajadores, se ha despedido a 30 personas y quedan diez, que se centrarán en los informativos. Todo apunta a una clausura a corto plazo del proyecto que, como todas las televisiones, debe abordar su pase al mundo digital. Es la tercera televisión local de Asturias que cierra o entra en coma. Recapitulamos: TeleAsturias, Popular Televisión y Localia la han precedido.
Con todo, la agonía de TeleG tiene algo de síntoma. Y es que, como se recordará, en su momento fue el primer gran proyecto de televisión local en la región, con todas las comillas que se quieran poner al adjetivo. A mediados de los 90, cuando éramos tan jóvenes como ahora, las televisiones locales privadas florecieron en toda España aprovechando la situación de a-legalidad, la buena marcha de la economía y el interés de muchos empresarios por diversificar su negocio y, sobre todo, por ganar capacidad de influencia.
Con todo, la agonía de TeleG tiene algo de síntoma. Y es que, como se recordará, en su momento fue el primer gran proyecto de televisión local en la región, con todas las comillas que se quieran poner al adjetivo. A mediados de los 90, cuando éramos tan jóvenes como ahora, las televisiones locales privadas florecieron en toda España aprovechando la situación de a-legalidad, la buena marcha de la economía y el interés de muchos empresarios por diversificar su negocio y, sobre todo, por ganar capacidad de influencia.
Pero hacer televisión es caro, muy caro. Tanto si se hace bien como si se hace mal. Y Asturias no genera suficiente masa crítica para mantener tantos proyectos o tan locales. Así lo vieron, por ejemplo, Canal 6 de Avilés, efímera aventura que se clausuró al poco tiempo de iniciar sus emisiones. La crisis económica viene a poner la puntilla a un sector que, desde siempre, ha sufrido precariedad laboral y bajos sueldos. El futuro de las televisiones locales queda cuestionado. Tal vez, algún gran proyecto con proyección metropolitana. Y los huecos que quieran llenar los ayuntamientos. Aunque éstos, llamados a endeudarse, deben tener poco margen para estas iniciativas.
En todo este contexto, la Asociación de la Prensa de Oviedo asoma la cabeza y convoca una manifestación contra la precariedad laboral y los despidos en los medios de comunicación. La cita es mañana sábado, a partir de las 19 horas, en la plaza Mayor de Gijón. Aquí dejo un enlace con la convocatoria y el manifiesto en apoyo a La Voz de Asturias que se leerá.
Es una pena, pero una empresa de comunicación es ante todo un negocio puro y duro y si no hay ganancias económicas se cierra como una carpintería o una tienda de ultramarinos. (Llevo tiempo intentando meter esa palabra y no encontraba la ocasión.)
ResponderEliminarNo todo está perdido, Manolo. The Guardian se edita por una fundación/fideicomiso que no busca beneficios. Tan sólo mantener el negocio y las nóminas. Ya hay gente que reflexiona si, tal vez, el futuro de los medios pasa por dejar de ser un negocio.
ResponderEliminarHubo una época donde el beneficio económico no era el motor de la prensa. Lo que se perseguía era difundir ideas y tener influencia política. Eso desapareció con el concepto de grupo de prensa y más tarde con los grupos mediáticos. No creo muchos en las sociedades sin ánimo de lucro, pero puede ser un prejuicio personal. De todos modos para mi el concepto de beneficios no es peyorativo ni muchos menos, todo depende de lo que se hace con esas ganancias, o los beneficios que se consideran suficientes. Ya sabes hay gente que cuando no gana lo previsto dice que perdió.
ResponderEliminardonde vas a ver el porno gratis ahora?
ResponderEliminarManuel, The Guardian es un ejemplo de que una actividad puede ser viable sin orientarse exclusivamente al negocio. De todos modos, per se, no es malo que los medios ganen dinero, incluso que formen grandes grupos de comunicación. El problema es cuando el objetivo de la empresa es sólo ganar dinero y se olvidan de su actividad principal.
ResponderEliminarMuy interesante el debate entre Manolo y Fernando. La clave está en que "hay gente que cuando no gana lo previsto, dice que perdió" (Colero dixit).
ResponderEliminarAlgunos llevan casi 15 años de ganancias brutales, lo cual pues está muy bien. Sin embargo, a las primeras de cambio, se gana menos (que no significa necesariamente perder) y no aguantan ni un tirón. Mala gestión esa de no haber servido invertir los beneficios pasados.
¿Solución? Echar a los trabajadores, muchos de los cuales están en precario. Otra alternativa podría ser aguantar un tiempo con menos beneficios o, en el caso de una tele, hacer otras actividades alternativas más baratas. Insisto, sería temporalmente.
Pero claro, alegalidad en la normativa, sumada a un afán de ganar y ganar que es pura codicia, deriva siempre en aquello de "eres el rival más débil, adiós". Y ese es siempre el trabajador.
Pienso, seguro que equivocadamente, que uno de los problemas es que las empresas no son nada en sí mismas. Quiero decir que mientras que el señorín que tiene una tienda es feliz ganando su sueldo, ahorrando para cuando vengan mal dadas o para tener una vejez tranquila o, en otros casos, para ampliar el negocio, las actuales macroempresas funcionan como un eslabón para conseguir otras cosas -normalmente única y exclusivamente dinero y poder-, sin valor en sí mismo más que el ser un peldaño más para conseguir algo superior. Así, un periódico que cubra sus necesidades económicas, con algunos beneficios -más beneficios que dar trabajo y cumplir su función- e informe a sus lectores correctamente es perfectamente prescindible.
ResponderEliminarLas empresas han dejado de cumplir la labor social, además de económica que se les supone, y ya sé que es una utopía, pero si la sociedad en conjunto paga los estudios de los trabajadores que surten a las empresas, las carreteras por las que circulan los productos que las empresas venden o la asistencia -médica, de seguridad, de bomberos...- cuando una empresa lo necesita, no sé por qué debe admitirse que la empresa está sólo para ganar dinero y no se le deben exigir unas responsabilidades ante la sociedad en su conjunto.
A mi me parece inadmisible que un banco informe un lunes de que ha tenido beneficios un 2% superiores al año anterior y eso se valore como un retroceso y el banco se plantee reajustes.
:-(
Al final todo tiene un nombre: avaricia, que, me parece, es uno de los pecados capitales.
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