Sucedió hace unos meses, en Italia. La historia me impactó tanto que la apunté y, al revisar mis libretas, la he recordado. Daniel es un joven que atravesó medio país para buscar a su novia y pedirle que regresase con él. Ella, de la que no recuerdo su nombre, lo abandonó para ingresar en un convento de clausura. El donjuan despechado acampó a las puertas del convento rogando por verla. Las hermanas no lo permitieron. No sé más de la historia.
Me sorprende el valor de la joven, de ella. Capaz de renunciar a su vida, pero incapaz de volver a decírselo a él a la cara. "Prefiero a Dios que la vida contigo". Tal vez lo hizo por piedad, para que Daniel no sufriese más. Él tampoco saltó el muro. Vete a saber la razones. Igual se convenció de que, por mucho que escalase, al final la llamada de Dios es invencible.
En un mundo como el actual, tan dominando por lo material, encontrar historias tan apasionadas, rebosantes de amor no deja de ser un regalo. El materialismo, el consumismo aún no ha contaminado todo y existen perlas tan desgarradoras como esta vida. ¿A qué estamos dispuestos a renunciar por Dios?
Me sorprende el valor de la joven, de ella. Capaz de renunciar a su vida, pero incapaz de volver a decírselo a él a la cara. "Prefiero a Dios que la vida contigo". Tal vez lo hizo por piedad, para que Daniel no sufriese más. Él tampoco saltó el muro. Vete a saber la razones. Igual se convenció de que, por mucho que escalase, al final la llamada de Dios es invencible.
En un mundo como el actual, tan dominando por lo material, encontrar historias tan apasionadas, rebosantes de amor no deja de ser un regalo. El materialismo, el consumismo aún no ha contaminado todo y existen perlas tan desgarradoras como esta vida. ¿A qué estamos dispuestos a renunciar por Dios?
Un poco egoista este Dios, ¿no?
ResponderEliminarNo permite compartir el amor hacia Dios de la chica con su amor hacia el chico y encima hay una "víctima" inocente, Dan.
A mi esto me parece más trágico e ilógico que admirable, la verdad.
Sí, son ganas de enredar. :-)
LO QUE NO SE COMPRENDE…, no se acepta, ni se quiere…, o se odia!.
ResponderEliminar… Mas todo lo que se entiende se ama
(antes o después),
pues la comprensión o el entendimiento
(que viene de parte de Dios),
es un grado alto de amor
…, no propio de tacaños o de esclavos!.
… Que aquel que no quiere a sus superiores:
Reyes, Padres, Maestros, Patrones, Pastores
(ademas de venir de mediocre cuna),
no ama ni comprende a sus “inferiores”:
pueblo, obreros, alumnos o hijos
…, con buen y sano amor!.
… Mas quien de verdad ama “algo”
…, de verdad lo entiende
y camino va de amar al todo y a Dios.
… Que para poder amar hay que ser sabio,
y para ser sabio hay que ser bueno.
…Ya que el amor, el talento, la bondad
y el entendimiento es supremo premio…, que Dios otorga…, solo por merecimiento
…, que a los otros les paga
con placeres, lujo o con dinero!
Alfonso Játiva Gómez
Siempre tan juguetona, Annie. ¡Y Alfonso dejándonos fuera de juego! Dios no es egoísta. Ella sintio una llamada, una pasión que no pudo, ni supo, explicar a sus iguales pero que sintió la necesidad de cumplir. Y él miró con los ojos de este siglo algo que no entendía.
ResponderEliminar:-)
ResponderEliminar… Y DESPUES QUE NO LLOREN!.
ResponderEliminar… Yo soy escritor prolífico
de poemas de “vanguardia”
…, y me esfuerzo porque sean:
honestos, originales y valientes.
… Y como gloria, por deberes cumplidos
he tenido que sudar con el yunque y el martillo
y administrar obreros y demonios
(todos muy buenos y fieles conmigo)
…, con magnanimidad, cultura, nobleza y humanismo,
y donde el pan de mis “esbirros”
(con mucho cariño)
he defendido más que el propio mío!.
… Pero ya con 79 años y medio ciego,
al primer “hijo de…,” que me venga con el cuento
de que “el que no trabaja y suda, no come!”,
lo voy a descuartizar (con permiso o sin permiso)
…, sancochar y dárselo como bocado venenoso
a mis “enemigos” (que yo sepa no tengo ninguno),
así sea Rey, Obispo, Dios, Demonio o Mendigo!
..., pues tan bien hice las cosas…, que entre Bancos, Políticos y Obispos…, me lo robaron todo,
(toda una vida de sudor,
honestidad, esfuerzo y sacrificio).
…, ¿Cómo les quedo el ojo? Alfonso Játiva