Aún queda una semana para el próximo lunes, pero siempre es bueno recordar que ese día vale la pena darse una vuelta por el mercado de Avilés. Ocupa una manzana en la plaza de los Hermanos Orbón y verlo entero puede llevar un par de horas. Como sucede en todas las aglomeraciones, conviene llevar las carteras bien vigiladas o con poco dinero y sin las tarjetas de crédito por si las manos largas se las llevan.
A mí gusto, en el mercado de Avilés sobran puestos de textil y hace falta más de otro tipo: libros viejos, chatarra con aspiración de ser antigüedades... O sea, tener un aire más de rastro. En el mercado actual, aunque siempre se puede comprar algún trapo para la cocina, fruta a las zabarceras y aceitunas especiales para las ensaladas, lo mejor siguen siendo los gritos, los reclamos publicitarios de los vendedores que gimen al cielo con esas ofertas con las que, aseguran, perder dinero. Ingenio popular del que se debe disfrutar, por lo menos, un par de veces al año.
María, llevo las bragas a veinte duros!!! Compañeru, ye la plaza. Vd. debe darse cuenta de un detalle: los rastros nortmalmente sólo se celebran en domingo.
ResponderEliminarHasta este fue otro regalo envenenado de Isabel y Fernando.
Kirov
¿Y no tiene su encanto? De eso se trato. Bienvenido, Kirov
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