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Avilés igual está de suerte. O al menos uno, que intenta ser de naturaleza optimista, así lo piensa después de haber asistido a la Misa de San Agustín en la Iglesia de San Nicolás de Bari.
No sólo por la madurez de Alfonso López, un párroco querido y que no cesa de crecer en sabiduría espiritual. Sus palabras pudieron ser un aldabonazo, un toque de atención para muchas personas estrechas de miras.
Porque ante una situación grave como atraviesa Avilés, y hablamos de envejecimiento y de éxodo juvenil, recordó componentes sustanciales para cualquier receta de éxito: la unidad, el trabajo común, la cooperación; la necesidad de superar la lógica del yo y sustituirla por la dinámica del nosotros...
Espero que sus palabras calen, que el mensaje llegue en el inicio de un curso político especialmente complejo. El último domingo del próximo mes de mayo habrá elecciones y, a buen seguro, la triple cita con las urnas marcará los próximos meses y forzará votaciones negativas donde, en condiciones normales, saldrian los expedientes y se resolverían los asuntos que la ciudad necesita.
Por lo menos, Alfonso López podrá decir que él lo intentó.
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miércoles, 29 de agosto de 2018
Avilés o igual llega la suerte
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