Si se cumplen las encuestas, el próximo domingo el Partido Popular iniciará en Asturias su particular travesía del desierto. El efecto Cherines no se habrá notado en el resultado electoral que podría oscilar entre los diez diputados actuales y una ganancia que impediría gobernar en solitario y condicionaría todo a un pacto con Foro Asturias que a uno le parece imposible después de los adjetivos que Francisco Álvarez-Cascos dedica últimamente a su antiguo partido.
Lo más grave de ese escenario, hipotético, pero creíble para vértigo de muchos, no es que el efecto Cherines no se haya notado, es que no ha existido. Desde la toma de poder de Mercedes Fernández el PP parece más noqueado que nunca, más fuera de Asturias que nunca.
Así las cosas, salvo que San Doble Clima de opinión aparezca como un ángel salvador, igual en Génova deberán ir pensando en aplicar medidas drásticas para permitir la regeneración de lo que puede ser un erial de mantenerse esta dinámica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario